Mi corazón es un campo,
Y tú eres la primavera:
Me llenas de vida,
Devuelves el calor a mi pecho;
Llenas de flores y luces
Lo que antes era nieve en mi lecho.
Mi mente es un pájaro,
Y tú eres dulce viento:
Me impulsas, me elevas,
Me llevas alto, junto al sol;
Eres el cielo que surco,
Eres las nubes, eres celeste canción.
Mi espíritu es un barco,
Y tú eres el suave mar:
Me meces, me sostienes,
Y con tus olas de zafiro me agitas;
Con tus perlas y caracolas,
Eres el azul que en mí habita.
Eres pasto, árbol, uva y vino rojo,
Eres tierra fina, luna y plata en remojo.
De noche eres la estrella que para guiarme escojo,
Eres la niña de los labios más rojos.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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