viernes, 16 de junio de 2017

Piel de Página

En un mundo de panfletos y revistas,
Periódicos y cartón corrugado,
Hemos hecho revolución de papel:
Decidimos ser dos libros abiertos.

Profundos, cargados de historias,
Dos libros besando sus lomos,
Libros lamiendo sus páginas,
Libros acariciándose en las portadas.

Apasionantes, humanos en exceso,
Somos libros leyéndonos de madrugada,
Envueltos en el misterio de las palabras,
Encendiendo las letras de tinta en nuestra piel.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

miércoles, 14 de junio de 2017

Defensa

Muchos me han preguntado
Que por qué me ensaño con la religión
Ellos no entienden
No entienden Señor mío

La religión se ensañó conmigo

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

domingo, 11 de junio de 2017

¡Déjenlo Tranquilo!

Mucho han dicho sobre nada
Los sacerdotes, los hombres,
Las mujeres incandescentes.
Que Cristo esto,
Cristo lo otro,
Que más puede el carecacho.
¡Basta!
Les diré la verdad del loco Jesú',
A ver si así se dejan de parlotear.

Primero,
Y lo más importante que debe saberse,
Es que el Rey de los Nazarenos
Descendió cual paracaidista,
Con piruetas estrambóticas,
Sobra una memoriosa tierra olvidada.
Lona rasgada, sí,
Costalazo,
De cara contra el piso,
Pero descendió igualmente
Con (poca) gracia en su humilde cuna.

Segundo:
Cristo nuestro Señor
Era un principiante
En esto de comunicar su mensaje.
Sí, no exagero,
Carismático y todo
Fue un aprendiz de orador sordomudo.
¿Cómo ser maestro de la palabra?
Si Dios se la pasó jugando al teléfono
Con sus fieles seguidores durante siglos
(y aún hoy lo hace)
Con escaso o nulo éxito.

Tercero:
Jesús fue tan persona como el fariseo,
El recaudador de impuestos,
O la cortesana de anchos cántaros.
Cristo fue niño perdido en multitud.
Dios hecho hombre padeció sabidos males:
Se resfrió, masculló, tuvo pesadillas,
Quiso besar cuanto labio pasó frente a Él,
Dio la hora, echó la foca, quedó raja cura'o.
Importante ésto, porque el Salvador vivió confusiones,
Dudó, requirió en múltiples ocasiones ser salvado.
¿Cómo impartir un mensaje con claridad
Si la lengua se le enroscó en verdad y mentiras?
Cristo fue humano.

Considerad entonces,
Roedores boquilargos,
La difícil tarea del Padre/Hijo
(Espíritu Santo también):
Si ustedes mismos no pueden mirar al cielo,
Si no hay forma en que no maldigan la lluvia,
Si cada oportunidad la desperdician;
En suma, si no pueden salvarse a sí mismos,
¿A qué criticar al Altísimo?
Resuelvan sus propios problemas,
Que Dios está hasta el cogote
Tapado en asuntos arcanos o apócrifos,
Y dejen de mirar la paja en el ojo ajeno.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

jueves, 8 de junio de 2017

El incorruptible deseo de decir verdad

Tengo que decirlo
(Y me disculpan si falto el respeto):
¡La espalda me pesa horrores!

Necesito empelotarme
Y partir a la casa de gobierno a
Exigir compensación monetaria.
¿A pito de quién?
¡A pito mío!
A pito mío, ¡ay!
Que me chupan la sangre de las orejas
Estos politiqueros.
Sus artimañas,
¡Sus reglas insufribles me tiene podrida la espalda!

Y tengo que decirlo, también
(Perdonen, perdonen):
¡Estoy harto de los porotos con rienda!

Los porotos no los quiero,
¡Ni con montura ni con espuela!

Es más, ni con sable ni chupalla,
¡Ni con bandera chilena!

A mí no me callarán
(No me callarán a mí):
La escuela se llenó de polillas.

A mí no me callarán
(No me cortarán la garganta a mí):
Nos tienen nadando en mierda.

Es más, diría yo,
¡Nos tienen con la mierda hasta el cuello!
El olor es insoportable,
¿Acaso no lo sienten?
¡El olor a miseria es insoportable!
¡La nación entera un mar de mierda!

Podrán llenarme la boca de heces
(Es más, ya lo hacen)
Pero no cesaré mi reclamo:
Las balas no están tan locas como nosotros.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Reprimenda

Delirante caballo
Ojos de tempestad
Jinete de tormentas.

Cruzas la vereda
Rodeada por el abismo
De tu ronca voz.

Rasgas tu propia piel
Relámpago de yeso
Sin encontrar respuesta.

Montura de la negra
Ociosa y voluptuosa
Hija del averno.

Casco sangriento
Eres un montículo
De narices jadeantes.

¿Te has visto siquiera?
Te faltan espejos
¡Ridículo!

¡Eres un alaraco!
Lomo friolento
¡Con patas de escofina!

¡Déjate de llanto!
Malhablado potro
Crece un poco
¡Hazte hombre!

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Fotografía

Sigue siendo la misma luna,
La misma noche lejana.
El cielo pérfido en su silencio,
La idéntica luz de las farolas.
No ha cambiado nada,
Ni el vacío de los cristales
Ni la mancha, horrenda, en la cama.

¿Por qué entonces?
¿De dónde viene este alud?
Caen las cortinas de la inocencia
Y el aire entre nosotros se detiene.
¿Lágrimas?
¿Sangre?

Sí.
Lágrimas.
Sangre.

Vergüenza, también.

Se me caen los dientes de tanta vergüenza.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano