domingo, 26 de octubre de 2014

Indeseable

Puedo sentirlo en tu mirada,
En tu distancia al caminar.
Crees que no me doy cuenta,
Pero puedo leerte incluso de cabeza.
No tienes que decírmelo,
Tengo bien claro lo que soy para ti,
Un indeseable bebedor de lunas,
Un fumador de suspiros,
Alguien pegajoso como la miel
Con tentáculos de falsedad.
Seré un payaso de circo,
Un político descarado,
Un mapuche ensimismado,
O un gringo desaliñado,
Da igual,
No importa,
Sólo soy una babosa ante tus ojos.
Mi corazón de agua
No entra en tu piel de piedra.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Intercambio Equivalente

No espero que me entiendan
Quienes no han estudiado alquimia,
Ni matemáticos ni abogados,
Ni constructores ni médicos,
No, mi ambivalencia es incomprensible.
Tiene un origen prehistórico,
Es una doctrina tan vieja que es nueva,
Me refiero a la ley del claroscuro,
Que moviliza las verdades inmóviles
Y que vuelve en gas a las rocas y hielos.
Más o menos así es que pienso:
Tengo felicidad en tanto tengo tristeza,
Tengo un par de pies porque tengo cabeza;
Siento placer al momento en que sufro,
Y el dolor es un gozo enorme en mi pecho;
Sueño cuando estoy despierto,
Estoy consciente mientras duermo;
Los ángeles son demonios y viceversa,
Lo mismo sus garras de oro y de plomo;
Es preciso decir ante todo
Que tengo todo al tener nada,
Que estoy solo al rodearme de gente,
Y que vivo porque me estoy muriendo.
¿Podrán cantar conmigo en silencio,
Y contarles a todos mi secreto?

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

lunes, 20 de octubre de 2014

Se ha vestido de rojo

La belleza se ha vestido de rojo,
Todas las cosas hermosas teñidas de escarlata,
Los atardeceres lucen su color de rosa.
He venido siguiendo pétalos de una mujer,
Pétalos rojos que quemaban la tierra.
La busqué por las costas rocosas del norte,
La perdí allá en los bosques del sur.
La imaginé una noche de Febrero,
Aluciné sus pétalos de sangre desnuda.
Pensé su silueta de copihue brillando en la luna.
La tristeza se ha vestido de rojo.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

sábado, 18 de octubre de 2014

Entendimiento mutuo en un mundo vacío

Será por la tristeza que me poseía, o producto quizás de los cambios en la presión atmosférica asociados a la llegada del mes de Octubre, pero cuando más te necesité -y no quiero decir con esto que buscaba tus caricias o la delicia de tu figura junto a la mía-, el viento me trajo el abrazo premonitorio que me indicaba que estabas llegando.
Apareciste con una mirada de honda sinceridad y con las palabras que me hacía falta escuchar. Te precedía una luz que parecía maná, el sonido de las rocas y el silencio de una flor. La frescura del viento que levantabas con tu presencia nos envolvía, y no había nada más en el mundo, sólo nosotros dos y la brisa de los cielos.
No puedo decir a ciencia cierta, menos aún a ciencia incierta, si lo que pasó no fue más que las alucinaciones de un hombre por mucho tiempo sólo. No sé si habrá sido el designio de los planetas, la voluntad de alguna deidad olvidada, destino, causalidad o casualidad, pero ahora que aún sopla el viento como río invisible por sobre mi piel, tengo que reconocer que soy feliz.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

lunes, 13 de octubre de 2014

Ya no

Mírate,
Mírate ahora que aún queda algo de luz,
Ahora que la sombra está agazapada,
Como esperando,
Como acechando.

Mírate,
¿En qué te has convertido?
En serpiente desdentada,
En una multitud de insectos rojos vueltos nube sin forma,
Como esperando por mi carne,
Como acechándome a mí.

Yo pensé,
Creí que era feliz dándonos muerte el uno al otro,
Respirando bocanadas de vacío,
Disparándonos en las sienes con besos de plomo.
Pensé en nosotros,
Pensé.

Pero ya no,
Ya no quiero que me des nada,
Ni tampoco que me lo des todo.
Tus dedos como látigos,
Como acechando,
Ya no.

Mírame,
Estoy todo marchito,
Exudando sexo y angustia en forma de vapor traslúcido,
Soltando quejidos como mantras,
Estoy como roto,
Quebrado.

Me cansé,
Nuestro claroscuro enfermizo me revienta las venas de la nariz.
Bailas desnuda presa de un frenesí siniestro,
Y no encuentro despedida mejor que chupar un coágulo de tu sangre.
Pensé en nosotros,
Pero ya no.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

domingo, 12 de octubre de 2014

De esperar me estoy muriendo

Vivo en el desconcierto más grande,
No me entero nunca de nada,
Me resbalan las indirectas,
Son las gotas de mi lluvia.

Veo manos a lo lejos,
Ignoro si me saludan,
Desconozco si me llaman.
¿Cómo saber si no es tomándolas?

Recojo sus dedos, pétalos pálidos,
Como quien recoge leche derramada.
El calor de las palmas nunca es para mí,
Pero no me arrepiento de intentar asirlas.

Veo pasar trenes, sus carteles ilegibles.
No sé si subirme, no sé si subirme,
No hay nadie en la estación conmigo,
Y sus vagones cargan gentes felices.

Digo que vivo en desconcierto,
Y que en realidad no sé nada,
Pero tengo clara una cosa,
Y es que de esperar me estoy muriendo.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Incoincidencia

Se me pasa la vida
Entre paso y paso,
Con cada copa y vaso
De vino y bebida.

A ratos voy cantando
Y olvidando lo que miro,
Entre carbón y zafiro
Disfruto y voy llorando.

Nombres no retengo,
Pero si las caras y las vidas,
Encuentro gente que va de ida
Cuando yo de vuelta vengo.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Sabio Amigo

El hombre que sabe llorar a sus perros,
Los perros, los perros del mundo,
Todos los muertos de hambre sonrientes.
El niño que sabe reírse entre dientes
De las colas de los supermercados,
Y de las esperas, trámites, silencios.
El árbol que ve el cielo más grande,
Que encuentra sentido en las traiciones
Y que crece en la soledad y la tormenta.
Él, que no es dios ni es fruto,
Ni es espermio, ni mesa, ni dragón,
Es el corazón mismo del verano,
Una suerte de megalito etrusco
Que coloca vida en los huevos rotos
Y manantiales en los desiertos.
Digan de mí lo que quieran,
Pero no toquen su integridad de ángel
Ni su valentía de héroe patrio.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

miércoles, 8 de octubre de 2014

Tristeza Oceánica

Recuerdos extensos como tentáculos,
Con ventosas de melancolía adherente
Se aferran a las rocas de un corazón submarino.
No puede respirar, carece de agallas y pulmones,
Fría como un molusco, ella se ahoga en silencio.
No puede ni cantar, perdió el color de su alma,
Dura en su concha eterna, se aleja del sol en secreto.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Quemaduras

No puedo dar con la fecha exacta
Menos aún saber hace cuánto que no te veo
He perdido las nociones del tiempo

¿Has notado mi ausencia en este siglo?
Ciertamente mi sombra ya no pende sobre ti
Y mi voz no ha de revolotear en tu memoria

¿Me has echado de menos, siquiera?
Los árboles tienen forma de desierto
Y flores del encierro llueven como rayos

¿Puedes sentir lo que me haces falta?
Las mariposas me pesan terriblemente
Desde que te fuiste sin mirarme ni besarme

¿Me extrañarás cuando pase un milenio?
¿Y cuando pase la muerte, me llorarás?
¿Te vestirás de negro por mí?


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Temblor Perdido

Nunca se masturben con los zapatos puestos,
Porque la libertad se les va a ir al carajo.
Usen pantuflas, calcetas, o el dichoso pie pelado,
Pero no condenen a muerte a sus badajos.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

domingo, 5 de octubre de 2014

¿Cómo entenderme?

Tantas veces me he preguntado
Por los secretos que encierran mis sueños.
Me he despertado creyéndome amado,
Como un asesino a sueldo, como un forajido,
O como un dios que inscribe en el mar lo salado.
Las ilusiones que me toman la cabeza
Son garras de acero que me sacuden y desorientan,
Mantas de ceguera y mordisco de locura.
¿Qué me quiero decir?
Son mensajes incomprensibles,
Una mezcla de jerigonza con el morse de los huesos
Que me introducen imágenes seminales,
Me introyectan lo helado y lo ardientemente animal,
Me interrumpen discursos lúcidos con derrumbes oníricos.
Despierto acalorado, acelerado,
Me late el cerebro muchas veces,
Pero no logro descifrar el laberinto que me impongo.
¿Tendré la respuesta a las grandes interrogantes mundiales?
¿O solo serán gases mentales ventilando sus olores?


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

sábado, 4 de octubre de 2014

Llámenme iluso y les llamaré babosas

Siéntase con derecho a ser feliz,
Está invitado a un zangoloteo alegre,
Porque la doceava forma de la alquimia
Impregna las rocas y vive en los jardines;
Se esconde bajo nuestras ventanas
Y sale disparada al cielo con cada latido.
Como fuegos de artificio estalla
En relinchos de magia sureña,
Salpica a ciegos y sordos por igual,
Perfuma callejones sin salida.
Las ampolletas y el televisor,
La estufa y hasta el computador,
Todo funciona a base de amor,
La ciencia de la lluvia y del sol,
Del silencio y del clamor.
El que ama torna la lágrima en flor.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

viernes, 3 de octubre de 2014

¡Ya basta!

Estoy cansado de lidiar con mi ineptitud emocional,
Del desinterés y egolatría ajenos estoy hastiado.
El mundo está tapado en demasiada basura,
El medioambiente se corroe por desechos tóxicos:
Cuando vamos al baño hacemos desechos tóxicos,
Conversando producimos desechos tóxicos,
Los que fuman exhalan desechos tóxicos.
En mis poemas pongo desechos tóxicos,
En la ducha lloro desechos tóxicos,
De mi piel se desprenden desechos tóxicos.
Mi corazón está lleno de desechos tóxicos.
Nos vamos a ahogar de tanto veneno,
Todo este miasma nos dejará calvos y cadavéricos.
El hombre está destinado a volverse desechos tóxicos,
Y yo, ¡yo ya estoy medio podrido!

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

jueves, 2 de octubre de 2014

Dibujo I

Se abren los negros cielos
Y caen estrellas de tinta y anhelo.

La constelación del ángel
Que resucitó del demonio azul,
Es la nieve más clara
En los montes del firmamento.
Cascadas de pensamiento,
Como aureolas de plata y tul
Que circundan su hermosa cara
Con el brillo de un sentimiento.

Sonrisa de satisfacción,
Su espalda joven alzada.
Un sueño de predilección,
Buscando sus alas doradas.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Creo que fue por las hormonas

Ardía
Ella era como cien teteras
Cocinilla del infierno
Sangre termal
Y magma de piel
Escapaba el calor por todos sus poros
Quemaba al tacto
Con una mezcla de delicia
E incendio del horror
Era fuego incandescente
Pero por sobre todo
Era una desconocida
Hasta para ella misma


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

miércoles, 1 de octubre de 2014

Este no es un poema más

La delicadez dejó de ser una palabra
Y se convirtió en carne ahí en tus labios.
Podría repetir una y mil alabanzas
Sobre la inmortalidad de tu mirada,
Y aún así no le estaría haciendo justicia
A tus zafiros negros de dura belleza.

Suelta tus miedos al viento,
Déjalo fragmentar tus miserias,
Y nacerás por vez primera
Como una mujer de piel y verbo.

Transmutas el oro en plomo,
Y lo disuelves en mariposas
Con tus ritos oceánicos
Rebosantes de besos y cochayuyos.
¡Es por tu voluntad el cielo!
¡Por tus prodigios es que hay lluvia!

Hay lluvia en los caminos,
Diluvios en los corazones,
Todo por tu inocencia de Pincoya,
Y tu ilusión que me desarma.

Me sumerjo en ti cada día
Por el simple arte de la conversación,
Gracias a tu magnetismo espontáneo
Y a mi condición de polilla enamoradiza.
Me hundo en mi propia pasión,
Y en los arrecifes de nuestro dolor compartido.

¿Qué será de ti el día de todos los santos?
¿Por dónde harás salir el sol ese día?
A este ritmo iremos a parar a una plaza,
Una que sea capaz de contener tu calor.

Si logro abrazarte con firmeza,
Y no llegas a deshilacharte ipso facto,
Moriré de la emoción imbuida en mis brazos,
Y de la que habrá de golpetear en mi pecho
Pensar que te quiero es todo lo que necesito,
Más allá de eso no hay nada más.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano