lunes, 27 de marzo de 2017

Muchachitos

Tan valientes que parecíamos,
Jugando con nuestras máscaras,
Cuando no fuimos más
Que dos muchachitos cobardes.

No sé cómo terminé perdiéndome:
Sólo quise recorrer el camino
Que llevaba al otro lado de las cosas,
Y traerte un par de camelias que allí crecían.

Pero el punto es que vagué,
O quizás el punto es que no hay punto.
No lo sé ni creo que llegue a saber.
Entre tanto engaño no discierno verdad.

Ahora ando por los bordes,
Lejos de todo posible centro de nada,
Con mi máscara en la mano izquierda
Y un par de camelias en la diestra.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

viernes, 24 de marzo de 2017

Deliria

Delia y las sombras del recién nacido en su mirada
Delia en la noche de las calumnias fosforescentes
Delia mas Delia en la encrucijada de la delicia y la tortura

No más Delia que no llore ni ría ni cante ni muera
Delia sólo Delia en la inmensidad de su soledad
Delia y el recién nacido luchando entre sí por carne

Delia y el verbo de la sanación que nunca fue
Delia podrida dentro de su demoníaco vientre
Bendita la mente Delia bendita la frente y la luz

Delia sangrando por todos sus poros
Delia pariendo refulgencia de piedras
Cristales incrustados Delia trizado cuarzo

Delia el recién nacido y la leche de magia negra
El chamanismo Delia en tus alas de cormorán
Delia Delia no eres Delia sino Delia de Lia

Fuego ostia altar secreto condena castigo bomba cruz
Delia tus huesos Delia
Cuna también refugio sepulcro nacimiento Delia

Delia la camisa de fuerza Delia
Las preguntas el escrutinio la persecución de perros
Delia tu cola Delia no olvides tu cola y biberón

Delia las mil patas de araña tras tus ojos
Delia el hedor a cucarachas en tu boca
Delia el cuchillo Delia el matamoscas la mosca

El grito
Delia
El grito

El recién nacido Delia tu cola
El llanto de la bestia Delia
Delia y los días de 42 horas


Autor: Felipe Guzmán

Autosabotaje

Nunca deja de sorprenderme
Todo lo imbécil que puedo ser:
No sé cómo llego a olvidar
Que toda buena acción trae castigo.

Hay cosas obvias que paso por alto,
Como que si alguien sale de la ciudad
Significa que ya no está en la ciudad;
O que si me miran directamente,
Es probable que puedan verme.

Me irrita mi lentitud mental.

Y la lentitud de corazón, ¡oh!
¡Ahí me entran rabias locas!

Idiotez emocional, como olvidar
Que si me refugio en la noche
Terminaré con escamas de tinieblas.

Estupidez de sentimientos,
Como añorar un abrazo de espinas
O una corona de sangre propia
Como signo de santidad.

¡Si es que a mí me pagan por tonto!

Debería dedicarme a buscar un proxeneta
Que pueda venderme como sadomasoquista.
De seguro terminaría agradecido
De quienquiera que sostenga mis cadenas
Con firmeza, insensibilidad, y erecciones.

¡Besaría el piso de mi propio asesino!
Y le pagaría a sicarios para que fueran
A llevarme al otro patio de la existencia.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

lunes, 20 de marzo de 2017

Mkela Kemé

Uay mkela tuallimiri me yelle,
Mkelat mamiyselliri dakelle

Sirapa atié.

Ek ilaye ullt. 

Sirannat emke simé.

Soy el niño que posee lágrimas piedras,
El niño de las enroscadas piernas serpientes.

Vean el agua.

Cómo cae de mí.

Hijo del mar tormentoso.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

domingo, 19 de marzo de 2017

Soy mi propio maestro

Soy mi propio maestro.

Nadie me dice qué hacer,
Yo escucho mi cuerpo
Y respondo solo ante mi mismo.
Sigo mis propias instrucciones.

Si yo quiero, puedo
Persignarme con la mano izquierda,
Lavarme los dientes con agua bendita,
Contradecir la palabra de un cura.

Nadie me venga a decir a mí
Cómo y cuándo adorar al Señor.
Mi relación con Él es mía,
No de pelafustanes con sotana.

Soy mi propio discípulo.

Puedo sostenerle la mano al Diablo,
Besar los suelos del infierno,
Poner de cabeza los crucifijos,
Usar la Biblia de posavasos.

Mientras más me regañen
Más porfiado me iré poniendo.
Desistan de toda necedad,
Que derrumbaré las iglesias.

Y las levantaré en tres días.
Semilla entre maleza soy,
Y he germinado a punta
De sudor y sangre de cordero.

Soy mi propio pastor.

A mis rosarios les faltan cuencas,
Los altares que visito no tienen hostias,
Y las catedrales que frecuento
Se hayan en ruinas hace años.

¿Por qué tanta incredulidad?
El asunto es muy sencillo:
Esperé a Cristo despierto esa noche,
Orando con fe en el Getsemaní.

No lo negué, y lo amé con creces.
Es por mentirosos que dicen conocerlo
Que detesto las misas con todo mi ser.
Repudio total a esas orgías paganas.

Soy mi propio rebaño.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

sábado, 11 de marzo de 2017

¡Paren la cosa!

¿Hasta cuándo ya?
¡Estamos cansadas!
¡Córtenla!

¿Cuándo irán a entender?
Sut Miailli no se toca.
A las mujeres no,
No no no no no no no.
¡No!

Balas, látigos, bofetadas,
Piezas cerradas bajo cinco llaves,
¡Basta ya!
¡Abúrranse de sus torturitas!
Nuestra sangre nunca más derramada.

Repitan conmigo:
Sut Miailli no se toca.
A las mujeres no.
¡Y a nuestras niñas no!

Gabriela acosada.
Constanza violada.
Isabel asesinada.
Esperanza destruida mentalmente.
Consuelo despedida por embarazo.
Dolores con una paga miserable.
Pilar manoseada en la multitud.
¡Paren la cosa!

Repitan conmigo:
Sut Miailli no es carne.
Las mujeres no son muebles.
¡No!
Ni esclavas ni prisioneras.
Ni hijas ni madres ni hermanas de:
Valiosas en sí mismas.

La dignidad humana
No extinguirán jamás.
La sangre y la reforma,
El futuro y la canción,
Todo nuestro y nada nadie.
Tenemos las letras,
Que nuestros libros sean armas.

Sut Miailli Atyume no.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

miércoles, 8 de marzo de 2017

Mamotreto

No se esfuercen por entenderme.
No lograrán nada, les digo, nada.
Ni yo mismo sé qué diablo soy.

A veces me levanto por las mañanas
Sin brazos ni piernas ni boca ni sed.
¡Ni deseos sexuales tengo!

Pero hay veces en que ardo por dentro
Con la furia de treinta y tres desiertos.
Bomberos han tratado de extinguirme,
Sin éxito alguno, como pueden ver.

De noche soy un científico desquiciado.
Vago por los laberintos del alma
Sorbiendo leche mezclada con sangre
E inoculando semen en huevos de gallina.

Hay ocasiones divinas, gloriosas,
En que mi pecho se expande
Y cuelga como frutas maduras,
Mientras busco niños para amamantar.

Y cuando se acerca el invierno,
Mi piel se hace piedra, mi mirada granito,
Y mi escroto desaparece por completo.
¡Se me cae el pene, incluso!

De mi pelo han crecido flores,
Chinches, luces de navidad,
Naipes y palos de escoba.

Aborrezco el sol, imperecedero.
La luna, cambiante, dulce,
Esa es mi madre verdadera,
Y yo soy su falso vástago.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Palabras para el Lector

Querido lector:

Aparta la mirada,
Quema este libro,
No te contamines.

Tienes en tu mano
Un aparato nefasto.
Ten cuidado.

Te lo advierto.

Mis palabras son
Mordidas de víbora,
Ponzoñosas en su tinta.

Las sagradas escrituras
Dicen de mí atrocidades.
Y no se equivocan.

Soy un demonio.

La lujuria me corroe.

Mis poemas son brujería,
Diseñados para derrumbar
El alma y la fe humana.

¿Te parece muy artificioso?
¿Quizás un poco abstracto?
No exagero, no seas necio.

Te lo diré de otro modo.

Sostienes entre tus dedos
Un libro que no es más
Que una bosta de vaca.

Hedionda, fétida.
Una bosta de vaca.
Mira las moscas.

Hazme caso y aparta la vista.

Y anda a lavarte las manos.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

domingo, 5 de marzo de 2017

Anodinia

¿Qué me sucede?
Nada
Simplemente nada
¿Simplemente nada?
¡Benditamente nada!

¿Benditamente nada?
¡Endemoniadamente nada!

Acecha el tedio
Ataca el aburrimiento
Arremete la rutina
Con su sable de anodinia.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano