lunes, 12 de enero de 2015

Con la Cabeza Clavada

Envuelves cada fibra de mi pensamiento
Con tu forma de cristal y tu aroma a sal.
Tengo la cabeza vuelta al revés,
Clavada en lo que creo son tus palabras,
O acaso en las paredes de la distancia.
Dejo sonar tu canción cuando no estás,
Para llenar el silencio que deja tu corazón
Cuando no está latiendo junto al mío.
¿Cómo decirlo más fácilmente?
Te extraño.

Mis manos sólo encuentran un humo frío,
Y yo dejo de ser yo sin tu sonrisa.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Equilibrio

Para vivir tanto todos los días
Necesito morir un poco todas las noches
Así me hilo y me deshilo
Jugando a pensar y escribir
Y en esta burla de iryvenires
Se deshace el tiempo como la espuma


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

jueves, 8 de enero de 2015

Cuentecillo

De un árbol cayó una manzana,
La manzana a la luz brillaba.
El fruto era de piedra azulada,
Y hundido en la tierra lloraba.

Un pajarito escuchó el sollozar
Del prodigio de roca helada.
Bebió el oro de sus lágrimas,
Y a lo lejos sintió una nevada.

Al avecita de alas rojas
El corazón de roca rogaba:
"Quiero morir, déjame sola,
Me he caído de donde colgaba".

Más el ser alado no se fue,
Se quedó justo en donde estaba,
Y para calmar el llanto de la piedra,
Lenta y dulcemente le gorjeaba.

Así estuvieron los dos,
Entre sonido y silencio de alma.
Así estuvieron juntos,
Viviendo cada segundo en calma.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

sábado, 3 de enero de 2015

Poesía de un Veinteañero

A decir verdad,
Dudo que mis escritos sean representativos
Del grueso de la población veinteañera del mundo,
Menos aún de Chile.

Me explico:
Es raro pensar en que un joven
Pueda darse el tiempo para escribir palabras
Que sean reflejo de su pensar y su sentir;
Por lo general,
O al menos lo que yo puedo apreciar,
Nuestros jóvenes viven en un presente sin pensamientos,
Son puro acto, irreflectividad,
Se evaden, se ignoran, se drogan,
Están en fiestas hasta más tarde de lo razonable,
Escuchan música a volúmenes ensordecedores,
Se besan promiscuamente con botellas y cigarrillos,
Tienen sexo de cuando en cuando,
¡Y yo acá sigo casto, virgen, inexperienciado, aburrido!
(O como prefieran catalogarme).
No hago deporte usualmente,
No he tenido más que dos pololas en mi vida,
Una de las cuales duró una semana antes de mandarme a freír espárragos,
Me quedo en mi casa en las noches,
Jamás he probado nada que se fume,
Soy, evidentemente, un extranjero en esta juventud.

Por todo lo anterior,
Y por otras cosas que dejaré obviadas,
Es que creo que mi poesía es una expresión
De un alma vieja,
De un algo distinto a un joven,
Pero veinteañero de todos modos.

Dejando entonces de lado
La problemática propia de mi autodefinición de
Poeta viejoven,
Los invito a descubrirme.
Mis escritos, míos que son,
Son parte de mí, son yo, tienen mi olor impregnados.
Ventanas, son puertas a mi mismidad,
Y son cápsulas del tiempo que,
Una vez desenterradas,
Arrojan las luces de mis tristezas,
Y las risas de mis alegrías.

Tienen acá mi alma encerrada
En una celda de letras,
Como el mensaje esencial de cada poema.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano