domingo, 23 de junio de 2013

La Moneda

Estaba aburrido, el día era soleado pero no hacía calor, y la calle estaba llena de gente yendo rumbo al destino que la rutina les dictaba. “Este es un buen momento para probar” me dije, y después lancé la moneda. Cara. En seguida empezó a llover torrencialmente, nadie estaba preparado, nadie tenía paraguas y se empezaron a empapar, mientras que yo estaba feliz mojándome. El día había pasado de ser monótono a ser más interesante. Me divertía ver como parte de la gente se extrañaba por el repentino cambio de clima e intentaba buscar refugio bajo algún techo o edificio, mientras que la otra parte (la cual era la minoría) disfrutaba como yo la lluvia y en sus caras se dibujaba una sonrisa reluciente.
No sabía cuánto tiempo llovería, simplemente pensé en que quería que lloviera, y pasó, así que probablemente iba a durar unos minutos o algunos meses, todo es cosa de azar. Seguí mi rumbo hacia la fiesta, eran las 9 de la noche y pronto empezaría. Llegué y como siempre pasa, las mujeres estaban a un lado y los hombres al otro, era hora de que empezara la fiesta, así que tiré la moneda. Cara. Todos empezaron a bailar, hombres con mujeres, mujeres con mujeres e incluso hombres con hombres. Se notaba que todos estaban felices, así que decidí bailar yo también, pero el problema es que nadie estaba solo aparte de mí, todos bailaban con alguien, nadie solo. Me empecé a frustrar y lo único que quería era que pararan de bailar para que yo pudiese bailar con alguien, pero nadie lo hacía. Quería que me prestaran atención, así que lancé la moneda al aire sin pensar. Sello. “Fack”. Sabía lo que iba a pasar, nadie me pescaría, nadie notaría mi presencia, y me frustre aún más. Intentaba hablar con las personas, las empujaba, les pegaba, les gritaba, nada. Nadie se percataba de que había una persona ahí, intentando hablarles. Tiré la moneda al suelo de pura rabia, y me di cuenta que había cometido el peor error de mi vida.

Salió disparada, rebotando, y la perdí de vista. Corrí para alcanzarla, la busque por todas partes, pero no encontraba la pequeña moneda de 10 pesos. Empecé a llorar desconsoladamente, sin la moneda, iba pasar desapercibido para todos por el resto de mi vida, ya no tenía nada que hacer. Pero de pronto una mano se tendió enfrente de mí y me dijo “parece que esta moneda se te cayó”.

Autor: Gazzup

sábado, 22 de junio de 2013

Cachito de Sur

Tengo en mi ventana escondido un cachito de Sur. Si te asomas a buscarlo, verás los pinos mágicos junto a la chimenea humeante con su vapor musical. El viento se revela y las tórtolas alzan vuelo pintando estrellas en la imaginación. Desde mi ventana puedes ver un rincón de las regiones australes, con sus generosas lluvias que alimentan los sueños, con sus ríos silenciosos y nieves de maravilla. La negra cordillera corona a los alerces y araucarias, mientras el canelo aroma cada recoveco de tierra virgen. Los colores de las amapolas estallan junto a los chincoles, y el queltehue solitario invoca una plegaria dulce. El lago y el glaciar se dejan acariciar por el reflejo de la luna, mientras en el horno se cuece el pan amasado y la longaniza. La luna canta en mapudungun y el Caleuche aflora en el horizonte. Un Camahueto nace bajo un cerro, y Brujos y Machis se pelean por atraparlo. El mar se mece con suavidad entre los palafitos de mi ventana, y mi tesoro secreto es este cachito de Sur, que hoy comparto contigo.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

viernes, 14 de junio de 2013

Sed


Jaime se acerco a la petrificada Laura, quien ante el impacto solo pudo alzar su mano a gesto de un tembloroso saludo. El sin siquiera saludarla mirándola siempre fijamente a los ojos la toma de las caderas y le da un apasionado beso. Ella en forma casi refleja ante el tan anhelado encuentro expresa su deseo mordiéndole a Jaime su labio inferior. Este comenzó a respirar cada vez mas aceleradamente en un síntoma casi infartante. 

Jaime da un instante de respirar nuevamente a Laura, toma su mano y le ordena que lo siga, a lo ella responde con sumisión ante la lujuria que la envuelve. 
Jaime la lleva al gimnasio de la universidad, en el trayecto ni una sola palabra. Vuelve a besarla en el despoblado escenario y sin previo aviso introduce su mano en el pantalón de ella, siente como sus dedos comienzan a inundarse en su esencia. Con sus dedos explora entre las piernas de Laura llevándola a estados inefables de placer mientras besa su cuello. Ella le respira en el hombro de manera acelerada y le susurra al oído que lo ama con su voz entrecortada. Los ojos de Jaime se tornan lentamente blancos, vacíos e inexpresivos acompañados por una sadista sonrisa en la cual se pueden apreciar sus afilados colmillos. Laura casi no pausa entre cada suspiro e inmersa en un clímax de placer emite un ahogado grito, Jaime salvajemente muerde su cuello y el grito de Laura pierde toda oxigenación cuando este con sus colmillos perfora su traquea. Borbotones de sangre fluyen a alta velocidad de su cuello. Ella se desmaya ante el desangramiento en los brazos de Jaime, quien el la besa por ultima vez tiñendo sus labios de rojo y se marcha sin despedirse luego de saciar su sed, abandonando un convulsionante y agonizante cuerpo en el piso de la cancha de basquetball del gimnasio, ahora bañado de sangre. Yo no te amo dice Jaime, enciende un cigarrillo y abandona lentamente el gimnasio.

Autor: Fernando Hormazabal Bello

¡Ni a balazos!

Si la vida es trabajar
Hasta moler los huesos,
Codiciar hasta pudrir el alma,
Y odiar hasta borrar los rostros;
Si la vida es una canción triste
Y dolorosa como la misma muerte,
Entonces me alegra decir
Que no tengo dedos para el piano,
¡Y que no tocaré esta melodía
Ni aunque me apunten con cañones!

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

miércoles, 12 de junio de 2013

La resolución adolorida.

Hay algunos sentimientos que no estoy seguro de como existen. Nacen de la experiencia, pero se mantienen vivos gracias al recuerdo. Creo que por eso todavía te amo. Esa experiencia contigo fue tan fuerte que se quedó incrustada en mí para siempre. Estoy convencido de que para mí hay una persona en este mundo y esa persona eras tú. Si es que lo poco que tuvimos fue todo el amor que estaba destinado a experimentar en mi vida, entonces supongo que debo estar agradecido de que me diste ese poco ¿o no? No estaba en mi derecho pedirte más, me hubiera gustado, pero no soy quien para hacer ese tipo de demandas. Tendré que conformarme con los recuerdos y las sensaciones que en mi ellos evocan. Sinceramente espero que encuentres a alguien y seas feliz.

Autor: Benjamín Cruz

domingo, 9 de junio de 2013

Sin título IV

Amigo mío
Déjame darte un consejo
Nunca vayas a un cementerio
Después de almorzar
Sentir tu estómago lleno
Junto a tu vacío corazón
Te inducirá a vomitar las penas
Y a llorar toda la comida

Que melancolía más grande
El contraste que produce
La ausencia de tu amada
Y la nutrición engañosa
Ah tristeza azul
Oh dolor oscuro
El mar te abandonó
Dejando un silencio puro

Ya no más queda esperar
Si a esperar no más
Que las muchachas terminen
De bordar el nombre de ella
En cada palabra
En cada cadera
En las miradas escondidas
Que te arrojan sin querer

Cerremos la puerta entonces
Dejemos sin título el poema
Cantemos una canción de cuna
Para quedarnos dormidos
Para no pensar en ella
Para no extrañarla
Y para pensar
Que sigue con nosotros

Autor: Felipe Guzmán Bejarano