Amigo mío
Déjame darte un consejo
Nunca vayas a un cementerio
Después de almorzar
Sentir tu estómago lleno
Junto a tu vacío corazón
Te inducirá a vomitar las penas
Y a llorar toda la comida
Que melancolía más grande
El contraste que produce
La ausencia de tu amada
Y la nutrición engañosa
Ah tristeza azul
Oh dolor oscuro
El mar te abandonó
Dejando un silencio puro
Ya no más queda esperar
Si a esperar no más
Que las muchachas terminen
De bordar el nombre de ella
En cada palabra
En cada cadera
En las miradas escondidas
Que te arrojan sin querer
Cerremos la puerta entonces
Dejemos sin título el poema
Cantemos una canción de cuna
Para quedarnos dormidos
Para no pensar en ella
Para no extrañarla
Y para pensar
Que sigue con nosotros
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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