domingo, 29 de abril de 2012

Fotografía Amateur.

En esta oportunidad no vengo a compartirles algo de literatura, ni un poema, ni un cuento, ni un soneto, ni un ensayo, ni una reflexión. Sino que vengo a mostrarles otro tipo de poesía que conozco, poesía de imágenes, la fotografía. Reuní 6 de mis fotos favoritas y las compilé en esta entrada, ojala les gusten. Eventualmente subiré más, tengo un buen montón del cual abastecerme.
Están levemente modificadas, mas que nada solo les saturé los colores, la mayoría de la gente me dice que no les gusta que haga eso con mis fotos pero a mi no me importa.
Buen provecho.











Muñeca de Cera.

Te encontré dividida y en el suelo, pero riendo. Brillante de Alegría. Me alegró, yo también estaba trizado, con los meses había sido capaz de rearmarme, pero cuando te vi destruida me di cuenta de que todavía me faltaban piezas. 
Empecé a reconstruirte, no me lo pediste pero aun así trate de hacerlo. Pareciste aprobarlo al principio, definitivamente hubo minutos en que no te agradó, quizás estaba poniendo las piezas en desorden, pero siempre lograba acomodarte de una vez. Eso fue lo que me pasó, logré acomodarte. ¿Y tú? ¿Qué hiciste? Nunca lloraste, sí cuando te movía (porque ambos sabemos que duele), pero no una vez te había rearmado. Siempre sonriente, te encontré destruida, pero sonriente. Cuando te moví lloraste y cuando estabas armada sonreíste de nuevo. Me causaste ternura, te vi vulnerable. Te quise abrazar.
¿Qué pasó entonces? Es bastante simple, la ternura me identificó.  No te quería a ti, quería al Yo que veía en ti. También estuve destruido alguna vez, y en esa oportunidad yo tuve que armarme y levantarme solo, por eso me viste trizado en un principio. Pero ahora la trizada eras tu, no más destruida, solo agrietada.
¿Qué significa esto? Eras como yo. Estábamos al mismo nivel. Y ahora podía verte como eras, no rota, solo trizada. Si éramos iguales podríamos encontrarnos de verdad. Pude conocerte, ya no llevado por la ternura, sino llevado por mi humanidad, por mi naturaleza. Ahí te encontré… Y no eras lo que esperaba.
Cuando estamos formados, somos diferentes. No pude compartir contigo lo que tengo con mis iguales. Somos parecidos en el destrozo, pero una vez recuperados estamos en lugares distintos.
No busco que me entiendas, pero quería que lo supieses.


Autor: Benjamín Cruz.

Ave Plateada


Cuando tocas una gaviota,
Puedes sentir el viento en tus alas;
Los segundos se hacen de arena;
Los recuerdos vuelan como olas.

Cuando tocas una gaviota,
Soles y nubes bañan tu espalda;
Tu mano de plumas flota al ritmo del viento;
Surgen cantos de conchas y esmeraldas.

Y bate sus alas tranquilo el tiempo,
Danza calmo con los botes pesqueros.
La gente ríe tranquila ante la luz del ocaso,
Ríen de tantas gaviotas, peces, luceros.

Cuando toqué una gaviota,
Una lagrima en mis ojos nació.
Cayó la noche sobre sus alas,
Y a su nido emplumado regresó.

Autor: Feliipe Guzmán


sábado, 28 de abril de 2012

Vuela

En esta ocasión, les presento una canción que compuse un día. La melodía nunca la concreté, pero la letra creo que es digna de ser rescatada.
Y va más o menos así...

"Solo, en una tierra fría y grís, 
Sin flores, sin nubes. Todo es 
Como la luna sin luna, 
Como los pétalos sin tí." 

"Sin tí." (Bis 4) 

"Sin tí, la primavera no es más 
Que un manojo de flores más. 
Corre el viento a la hora del crepúsculo." 

"Un ave de blanco, me mira, luego se va. 
Vuela, ave de blanco, no llores más." 

"Vuela sobre estas aguas en que 
Un día tu me encontraste. 
Sube donde nubes caprichosas, 
Llena nuestros recuerdos de humo." 

"Sin tí... Yo me marchito. 
Sin tí... Yo no viviré." 

"Un ave de blanco, me mira, luego se va. 
Vuela, ave de blanco, no llores más. 
Vuela, ave de blanco, es mejor partir que llorar. 
No vuelvas hasta que sea primavera..." 

"Otra vez..."


Autor: Felipe Guzmán



viernes, 27 de abril de 2012

Carta para ti, Primavera


Lisa, ¡Oh, mi flor de Lis!,
Meses que son siglos han pasado desde que te marchaste
Con sueños y esperanzas, lejos de nuestro mundo, de tu playa eterna.

En estos siglos, las rosas de nuestro jardín te esperaron incansablemente.
Y en estos siglos, el yo que dejaste atrás, te describe las rosas centenarias.

Nuestra casa, que es tanto tuya como mía,
Sigue tán amarilla como esos soles rugientes,
Iguales a aquellos que nos veían cuando descansabamos
Bajo las sombras veraniegas y solemnes de tu roble.

¿Recuerdas como bailaba nuestra casa al compás del mar?
Desde que te fuiste, el hogar gira más rápido
Que las flores del paraíso cuando se alegran por verte.

¿Y te acuerdas de ese macetero, ¿Donde decidimos plantar pensamientos?

Floreció.

Pero el de los recuerdos ha seguido igual.

A cada día que pasa, las nubes me recuerdan más
A los lirios y cabellos que llevaste contigo,
Y no dejo de mirarlas,
Hasta la hora en que la ballena celestial,
Blanca y permanente, descansa sobre mis sueños.

De este trance en mis memorias no despierto,
Hasta que las olas susurran tu nombre a lo lejos,
Y pienso que estas entrando por la vieja puerta,
Amarga y sobria.

Hay veces donde voy a los cerros cubiertos de margaritas,
Para decorar tu recuerdo con el blanco más simple.

Y hay días en que tu fantasma ronda la casa,
Y no salgo de ella por querer encontrarte.

Cada noche he llorado pensandote,
Mientras abrazo esa vieja foto tuya;
La beso, la acaricio;
Pues en ella sales con gardenias y un vestido blanco
Como las playas a tu alrededor.
Y con esa simple tela etérea,
Cubrías tu cálido corazón,
Como una concha con su pulcra perla.

El recordar tu aroma primaveral agita mi corazón viejo y marchito,
Hasta el punto en que preferiría morir,
Con tal de no vivenciar tan tortuoso y falso gozo.

Tal vez, cuando recibas esta carta,
Las ventanas estarán polvorientas,
Y la casa estará sola con sus amapolas,
Pues yo estaré en las rocas costeras,
Mirando el naranjo horizonte,
Buscando tu rostro en las profundidades,
Que tienen el color de tu nombre.

Autor: Felipe Guzmán


jueves, 26 de abril de 2012

Surrealismo a manos de Jacek Yerka

Jacek Yerka, Pintor Polaco, es uno de los representantes del Surrealismo contemporáneo más destacados de Europa. Dentro de sus principales influencias formativas se encuentran Hyeronimus Bosch, Jan van Eyck y Hugo van der Goes. Sin embargo, el arte de Yerka se aleja estéticamente de sus influencias para crear cuadros de surrealismo único.



Junto con presentarnos lugares imposibles, Yerka se adentra en los generos de la Ciencia ficción, al crear mecanismos imposibles, seres metálicos con vida propia, y criaturas indescriptibles.



La Fantasía es un tema recurrente también para este pintor, el cual no dudará en asombrarnos con los sueños más brillantes y con las pesadillas más profundas.




Espero les haya gustado las pinturas de Yerka. Cualquiera que desee aprender más sobre este artista, y ver más de su magia, no duden en visitar su página: www.yerkaland.com
Este maestro del surrealismo me inspira profundamente a soñar, a buscar lo imposible, a volver a la niñez, donde lo contradictorio era un posible y donde la risa predominaba ante la razón. Para terminar, les dejo un cuadro titulado "The Walking Lesson"


París.


París
¡Sena! Terrible alimento de la oscura fatalidad que encierra París en su penumbra. No es por Helena que llora este pobre infante, más desolado en su arco triunfal que en su magnífica torre, sino por sus murallas que lo atormentan y encierran en sus catacumbas. Horrible figura la que ve todos los días, más que degradación moral no encuentra en sus túneles y trenes de desprecio, la singularidad de las obras políglotas que duermen en sus aposentos tan custodiados. ¡Libre de desprecio! Solo la satírica silueta de su dama compartida, que todos llaman madre, lo mese y conforta frente a la decisión que lo acoge. Desgraciada lujuria, maldita hermosura ¡Condenado, ingenuo e infeliz soñador! La manzana que recoges te lleva al hundimiento seguro, pues tus cimientos no son más que aire, y las calles infestadas de historia y vida te desvelan y llevan a lugares donde festejas, bebes, comes y siembras la alianza; Pero robas al más temible de los que te atormentan. Apiádate del pobre Héctor que no hizo más que defender su honor y el tuyo, cuando tu solo pudiste atacar por la espalda, mas no evitar que las mismas armas con que heriste te quitaran el sudor de la frente y la saliva de la boca, a mano de Philoctetes y por buen guía de Apolo. ¡Concordia que llevas en tu centro! ¡Indicada y justa palabra! Pues si bien en tus concordias no te soportan, por concordia es que te defienden, pues solo la helénica hermosura se presenta en tus jardines, no haya visto Luxemburgo antes flor más bella, ni fruto más venenoso.  Alimenta, rio Sena, la insaciable hambre de sed que padece nuestro muchacho, pues los regalos que le llegan no son más que artimañas dignas de traerlas aquel mas odioso gobernante, que mas que temer por las bastillas se regodea en los rojos molinos que iluminan tu noche. Descansa lujurioso príncipe, pues son tus deseos, los que  a la fama te llevarán.

Autor: Benjamín Cruz.

Sobre el Lago del Cisne

En estas frías y solitarias playas,
Vientos antárticos, nieves australes
Repiten tu nombre con una delicada insistencia.

Y este solo aullido, el ulular de tu nombre,
Cálido y crepitante, se mantiene
En mi corazón.

Y bajo el telón de esta perpetua lluvia
Fue que te conocí. Te descubrí, Nube mía.
Una, dos, tres veces suspiré por tí.

Solitaria y pausada, como los bosques
A nuestro alrededor, en un lento, pesado,
Y liviano andar de cisne.

Y al verme, una sonrisa.
Una hermosa mueca, que como el amanecer,
Impregnó mi pensar con un aroma sedoso.

Y al entrar en contacto con tu piel:
Suave y templada, extasiante y chispeante sentir,
Del roce entre cortezas; del roce entre escarchas.

Pero la rotura, la rápida e inevitable,
Fugaz y gélida separación, calman, y
Torturan mi ser, en un ciclo. En cada siglo.

. . .

Suaves, bellas, tiernas palabras,
Bajo un cielo, que es todo tuyo,
Junto a los cerros, que son todos nuestros.

Y a medida que corremos,
Que trotamos febrilmente, enlazados de manos,
Me acerco a tí,
A través de un suave y delicado velo,
Que deseo, y no deseo.

. . . 

En tus floridos cabellos,
Encuentro mi consuelo,
Y me despido.

Subo a mi débil barcaza,
Y la marea me mece en paz.

Avanzando bajo el telón perpetuo de las nubes,
Me alejo, sabiendo que estás ahí:
Bajo la lluvia, Cisne mío.

Autor: Felipe Guzmán B.

Sangria




perdido en imagenes dantescas, sofocado por el calor de mil infiernos, el olor metalico, oxidado de la sangre que corre por mi rostro me causa nauseas pero a la vez una inefable fascinacion casi alucinogena, mis parpados cansados agonizan amenazantes con desfallecer frente a un mar de letras, famelico y exhausto prosigo mi labor impulsado netamente por deseos de poder, de superioridad, de conocimiento y control, de mi mutilado rostro se desliza un pequeña gota de sangre por mi mejilla, la cual realiza un salto suicida hacia el abismo, estrellándose de golpe sobre el papel, subrayando con su rojizo espesor una palabra que anuncia un mensaje de carácter divino, observo la palabra destacada y caigo inmediatamente en un trance, cuando la alarma me despertó en la mañana note esa señal, como la escena de un homicidio realizado sobre el papel, la palabra "Duerme" estaba ensangrentada.

Es ella - 4'33''


Un poemita de hace algún tiempo... (algún harto no mucho)




Es ella


¿Por qué te veo,
y ganas de mirarte tengo?

¿Por qué te veo,
desde a tu lado observo
con atención y de a poco en poco
enamorado?

Bastó solo una mirada,
tu mirada seria,
para desatar la semana
que recién empieza.

Apreciarte desde un principio,
mirarte aparentemente fría,
pero fervorosamente ardiente y motivada.

Tu mirada, esa que no decía nada.
Pero que a fondo me toca con tu tez clara.

Apenas te conozco,
y unos segundos me bastaron una vida,
una gracia, quién lo diría.

Ya se me nubla el pensamiento
con este nuevo amor primero
fugaz y efímero,
pues es lo que espero...

Echad al viento sed de melancolía
intrínseco a lo que siento.




                                                                                               4'33''


Pensar nos mata


Pensar nos mata

I'm not sure all these people understand.
It's not like years ago,
The fear of getting caught, of recklessness and water.
R.E.M.- Nightswimming

no estoy acostumbrado a quedarme en otras casas, esta es la excepción , es la de mi mejor amigo y ademas se acaba el verano y yo a un no hago nada, lo peor es que es un verano transitorio, en marzo entro a la Universidad, sin motivacion alguna, pero me matricule igual, lo que hace que este verano sea necesariamente inolvidable. Me levanto muy tarde, aproximadamente a las 14 horas, desciendo por la estrecha escalera de la una casa en la playa, entro a la pieza de Alvaro, este sigue durmiendo, mas mi presencia lo despierta, se alza alterado, al notar que soy yo, me saluda luego de un suspiro, sabemos lo que haremos hoy, aunque no hemos planeado nada, la idea es salir a la calle, distraerse, no permitirnos pensar, pensar nos mata, algo que ambos tenemos mas que claro, le avisamos a la madre de mi amigo que saldremos, usando como excusa una visita a la playa, lo cual es bastante creíble a mediados de febrero en Santo Domingo, aun asi su madre no tarda en advertirnos que evitemos hacer estupideces en el mar ya que no quiere tener que llamar a mi madre para avisarle que he muerto, le digo que no se preocupe, agarramos una mochila y nos vamos, descendemos por calles vacías, en dirección a nada en particular, la idea es alejarse, salir de ahí, ojala perderse, caminamos sin rumbo en un silencio casi sagrado, no necesitamos palabras, luego de varios minutos llegamos a un minimarket.
Entramos y recorremos pasillos llenos de grupos de jovenes que discuten como catadores para elegir una botella de pisco que los ayude a evadir sus vidas esta noche, no me parece una mala idea. Elegimos las cervezas mas baratas y nos acercamos a pagar, la cajera nos mira y pregunta si somos mayores de edad, el Alvaro en un gesto petulante muestra un recién estrenado carnet que indica que tiene 18 años,la señora desconfía, lo que comienza a impacientarme, alterado le digo "¿puede apurarse?". Ella me mira indignada, nos pasa las cervezas y nos invita a abandonar el lugar, cosa que hacemos a la brevedad.
Apenas salimos del Mini- market, nos movemos en busca de una plaza, seguimos caminando sin decir nada, nos topamos con un parque donde se reúnen familias de padres jóvenes a jugar con sus hijos, mostrando una armonía que a nuestros ojos se ve tan ajena, tan lejana, tan utópica, nos sentamos en el pasto, abrimos una lata cada uno, bebemos nerviosos, miramos para todos lados alertas a cualquier señal policíaca, mi corazon late mas rapido, mi paladar experimenta un sabor amargo, le digo al Alvaro, "se que esto es peligroso, pero eso me hace sentir vivo, en un sentido muy extraño", no me responde, no es necesario, se que me encuentra razon, por algo estamos aqui.
Alvaro cree haber visto algo y comienza a alterarse, por lo que abandonamos el parque bajo la mirada de esos jovenes padres que rezan para que al crecer sus hijos no terminen de igual manera que los jovenes que acaban de presenciar, aun nos queda cerveza, seguimos caminando mientras terminamos la botella en el trayecto, seguimos descendiendo por Santo domingo, uniéndonos, tocando fondo. El alcohol no nos a brindado el efecto deseado, la paranoia sigue, ambos miramos por sobre nuestros hombros, sentimos una presencia, delirio de persecución en un grado alto, la sola idea de que alguien sepa donde estoy y a donde voy me atormenta, pues es información que desconozco, y que bajo el conocimiento de terceros podría significarme una desventaja.
Camino mas rápido, mi respiración se acelera, una gota de sudor desciende de mi frente, invadido por el panico comienzo a correr, Alvaro a pesar de desconocer la situación me sigue hasta que ambos nos encontramos frente a frente con el imponente mar.
Mi pulso y respiración están aceleradas, Alvaro pregunta que pasa, le explico, dice comprenderlo y en algún momento haber sentido lo mismo, nos acercamos a la arena, esta esta invadida del tipo de gente que detestamos, lo que evitamos, la razón por la que huimos , un par de compañeros de colegio nos saludan, preguntan a que carreras entramos, simplemente una conversación protocolar, se despiden y vuelven a reunirse con sus amigos del lugar, rubios, de pelo largo, todos sin excepción amantes del surf, visten ponchos artesanales comprados en falabella, mientras hablan con un asqueroso acento hawaiano "wanna be" sobre la marihuana que compran con la plata que les dan sus papas, la cual les venden mas cara que a los demas por ser evidentemente de clase alta, y sobre minas que se agarraron en las discotecas locales.
Me siento incomodo, nunca sentí que formara parte de este tipo de gente, aunque jamas me he sentido parte de un grupo de personas.
Le pregunto a Alvaro si alguna vez a nadado "curado", a lo que me responde que no, lo invito al mar, y le digo que si no vamos ahora el alcohol abandonara nuestras venas y la vida volverá a ser como hace unas horas, aun me muevo con cierta dificultad mientras una sonrisa se marca en mi cara, ingreso al mar, el cual me recibe con una ola de agua helada que golpea mis piernas con intenciones de derribarme, mucha gente lo ha intentado, pero no es tan fácil, pienso. Me adentro y floto, es una sensación de calma que no había experimentado en un largo tiempo, es una experiencia casi intrauterina, quisiera que esto durara para siempre, ya vi el mundo y no me gusto, ahora mi único anhelo es regresar a la armonía del vientre materno. Esa noche regresamos a dormir a la casa de Alvaro, mientras que lo vivido seria un secreto entre el mar, mi amigo y yo.

Me respondió lo mismo.

"… ¡Y contigo no tengo que hacerlo! ¡No necesito construir ese gigantesco muro alrededor mío! Contigo puedo simplemente dejarme llevar por la situación, parte de toda la confianza que tenemos el uno con el otro pasa por eso ¡Porque me dejas ser yo! Creo que contigo es cuando soy más sincero conmigo mismo, es cuando soy más yo"—El escritorio en que estaba apoyado se tambaleaba de un lado para otro, me ponía aún más nervioso de lo que estaba. En este punto hacia pequeñas pausas sin realmente quererlo, me costaba hilar las palabras que tantas veces había repasado en mi cabeza, pero ya había empezado, asique no podía detenerme—"Y creo que puedo reconocer que cuando estamos juntos, a ti también te pasa lo mismo. Cuando estoy contigo, estoy feliz; y cuando estás conmigo, estás feliz. Nos reímos juntos ¡Y siempre que nos juntamos entre todos, nos buscamos el uno al otro dentro del grupo! Digo, si yo me pongo celoso cuando veo que a ti te interesa alguien, y tú te pones celosa cuando yo te confieso lo mismo ¡Tiene que significar algo!"—Hice una breve pausa para mirarla a la cara, quería fijarme como estaba reaccionando a todo esto que le decía. Note que tenía la respiración levemente acelerada y la blanca piel de su cara iba ganando color. Las mejillas cada vez más rojizas iban denotando el apagado matiz de sus imperceptibles pecas rubias y sus ojos tomaban un tono más verdoso que el acostumbrado café que se ve en su iris. Me emocioné al ver tal reacción, algo le estaba pasando. Siendo así, tenía que dar el último paso, la catarsis final dentro de mi prolongada confesión—"Mira, a fin de cuentas todo se resume en que: SI después de todo esto, de todo lo que ha pasado y de todo lo que hemos hecho, yo sigo completamente loco por ti. Asique lo único que me resta saber, y necesito de tu completa sinceridad conmigo en esto por favor, es: Si yo te digo todo esto y te confieso que, así es, todavía te quiero ¿QUÉ. SIENTES. TU?" (Puse un muy marcado énfasis en las últimas tres palabras, indicándole que era la gran interrogante que se interponía entre el nosotros del presente y el nosotros que seriamos después, pues esta conversación se preveía destinada a tener alguna repercusión en nuestra confusa relación). Paso un segundo más largo de lo imaginable, un agudo silencio atacaba mis oídos como un nefasto puñal al estómago. La opaca luz que sombreaba la habitación había desaparecido de mi percepción, todo lo que veía era ella y la pequeña mesita en que estaba sentada, con sus rodillas juntas y los tobillos ampliamente separados. No alcancé a pensar nada antes de que el silencio fuera roto inesperadamente (o quizás no tan inesperadamente para un tercer espectador) por un suspiro de su parte. La vi levemente levantar sus delicados hombros (cubiertos por la suave camisa a cuadros azulados y negros que días antes le había comentado que encontraba simpática y atractiva. Ignoro si se la puso para la ocasión, o fue de esas cosas que pasan por casualidad)  y dejarlos caer nuevamente a medida que exhalaba un aire lleno de emociones y encantos. Después del abrumador suspiro (que, debo decir: toco en mi alma cierto grado de ternura y deseo) esbozó una sonrisa de tal carisma que podría iluminar todos los días oscuros del invierno, ladeó, con delicadeza y apenas perceptiblemente, su cara hacia el lado en que me encontraba sentado, descubriendo su cuello y dejando colgar su, no corto pero tampoco largo, pelo dorado pero no completamente claro. Y por último, sin mirarme a los ojos pero viéndome reflejado en los cristales de sus pupilas, efecto de una inocente y tierna vergüenza característica de la joven enamorada, me dijo: "Lo mismo."

Autor: Benjamín Cruz.

El Derecho al Delirio - Eduardo Galeano

El día de Hoy quisiera compartir con ustedes un video cargado belleza, profundidad y por sobre todo, sueños.
Eduardo Galeano es un Periodista y Escritor Uruguayo considerado como uno de los más destacados escritores de la literatura Latinoamericana, ganador del premio Sitg Dagerman en el año 2010, reconocimiento literario de gran importancia, en cuanto "...su obra reconoce la importancia de la libertad de la palabra mediante la promoción de la comprensión intercultural." ; "...por estar siempre de forma inquebrantable del lado de los condenados..."

En este video, el mismo Galeano nos leerá una reflexión llamada "El Derecho al Delirio", la cual nos abrirá a soñar, a soltar nuestra mente de las ataduras, a volar con la vida, a reencontrarnos con el asombro de ser personas.


La Música usada para el video es de "Bosques de mi Mente".

Espero sinceramente que lo disfruten.
- Felipe Guzmán

Los Dos Difuntos

Por la paz existente entre nosotros dos, 
Un lirio y una lágrima la mantienen, 
Envueltos en un paño plateado y húmedo 
Del canto de arrullo de nuestros rostros danzantes. 
Ahora, la lluvia verdosa oculta mis mohosos pasos, 
Suaves como la leche materna, o las hojas sobre el lago. 
Pero los cielos, nubes, lirios y llantos nos seguirán, 
a la gloria última en nuestra agónica amistad. 

Autor: Felipe Guzmán B.

Lluvia

Hoy está lloviendo.
No desde hace mucho,
pero está lloviendo.
Desde mi apartamento miro
por la ventana.
Lluvia.
La ciudad se viste de gris,
el cielo se tiñe de gris.
El viento sopla,
y la lluvia cae,
pero más fina.
Los árboles ahora lloran
a sus hermanos muertos,
como si la lluvia fuese
muerte, dolor y pena.
Son las seis de la tarde.
Ya no hay sol, solo lluvia.
Una a una, las luces
comienzan a encenderse
en la calle,
sin saber que no alumbran.
Porque está lloviendo.
Y las nubes parecen tener
un brillar opaco,
un brillar gris como la lluvia
o el asfalto.
Cuento las gotas en mi ventana,
y me canso al rato.
Por cada gota que cuento,
caen dos nuevas.
La lluvia es como la gente.
Los techos son como la lluvia
y las calles.
El cielo como una mañana
en el norte, o una
noche en el sur.
Me digo a mi mismo
odiar la lluvia.
¿Quién sabe si es cierto?
Me hace sentir triste,
me hago nostalgia.
Y es que la palabra
lluvia es triste.
¿O tal vez la lluvia
me recuerda a mi mismo?
Tal vez soy yo quien lloro
todos los días.
Quizás la lluvia no llora.
Miro hacia el este.
¿Llorará la gente al no verte,
cordillera?
¿O tu misma te escondes
de la lluvia?
No.
La lluvia y yo lloramos
por lo mismo.
Y un canto emerge
de cada gota.
Amo la lluvia.


Autor: Felipe Guzmán