-¿Nunca tomas algo que no sea un Mocha Blanco?—preguntó la
Flo con verdadero interés.
-Esa es una diferencia que se da entre hombres y
mujeres—respondió Benjamín—Las mujeres se toman un tiempo en tomar una
decisión, están hechas para eso, consideran la sustancia de la actividad, las
posibles consecuencias, la analizan desde distintas perspectivas, por eso
cuando van a un Starbucks pueden quizás demorar en pedir lo que quieren. Los
hombres en cambio están hechos para la efectividad, para cumplir un objetivo
rápidamente, solo se concentran en una cosa por terminar y punto, la opción mas
rápida normalmente se confunde con la mas efectiva y por ello nosotros siempre
pedimos lo mismo cuando vamos a comer o a tomar algo, solo consideramos la variedad
en una primera instancia, luego nos quedamos con lo que conocemos porque cumple
el objetivo rápidamente. Si lo piensas, hasta hace sentido con la biología
sexual de cada género.
Se encontraban en el Starbucks junto al Líder de Camino del
Alba, ese que esta sobre una Shell, para tener su café matutino mensual. Una
tradición que habían adoptado desde el terrible primer semestre del 2013 cuando
dejaron de verse mucho por estar ocupados en la universidad. Durante las
vacaciones se abandonaba la tradición porque entonces volvían a comunicarse
fluidamente, así que este era el último del año.
-¿Entonces eso se aplica a todos los conceptos de tu vida,
incluido tu café?
-Me gusta pensar que conozco a las personas, y si no por lo
menos que me conozco a mi.
-Estas terriblemente lejos en ambas variedades—le respondió
Florencia con una mirada inquisitiva.
-Ay si, mírenme soy sicóloga. —dijo Benjamín burlonamente.
-Obvio po’ gaya. —respondió
a su grosera burla, destruyendo su humillación irónica con un acido
sarcasmo.
-¿Te ha servido eso? ¿Crees que después de todo este tiempo
puedes estudiar a las personas?
-O sea…
-Digo—Interrumpió Benja—sé que siempre he sido tu objeto de
estudio.
-Si, es verdad—dijo sonriente—siempre te he estudiado a ti
de cierta manera.
-¿Alguna conclusión importante? Además de mis claros rasgos
narcisistas y de bipolaridad digo.
-Puedo concluir que te pareces mucho a Woody Allen.
Benjamín casi bota su Mocha Blanco con crema y canela de la
sorpresa que le dio ese comentario.
-¡¿El gran Woody?!—Dijo tratando de recomponerse— ¿Y a que
debo tal honor?
-Sabia que te iba a pasar eso, en realidad fue un decir,
quizás no sea él, tenia que compararte con alguien de la cultura pop. Pero fue
lo que más se me vino a la cabeza cuando hicimos esa maratón de películas suyas
en tu casa en el invierno.
-Expláyate, por el amor a Jesucristo expláyate.
-Piénsalo, los 2 son una especie de comediante satírico
sarcástico, enredado en mundos narrativos constantemente, que se aprovechan de
sus conocidos para satisfacer su sed de narcisismo, que creen que lo saben todo
sobre el resto del mundo ¡Solo piensa en lo que acabas de decir sobre el café!
Son comentarios propios de alguien que esta haciendo stand up comedy, pero tu
los sueltas en el día a día, sumado a tus constantes—y luego repitió con mas
énfasis—CONSTANTES referencias a la cultura popular, eres un fantasma de un
neurótico desesperado del siglo 21, que puedes ver en todas esas películas que
te encantan.
-No puede ser tan malo—respondió Benjamín algo avergonzado.
-No, es lo que te hace de una de mis personas favoritas
después de todo—dijo ella algo coqueta— Pero francamente lo único tuyo que no
veo en él es esa constante preocupación por los que te rodean.
-Si—dijo él con un suspiro—nuestro eterno estigma. Pero en
fin, entonces estoy por buen camino en esto de la dirección, me va a llover el
dinero.
-Supongo, si te gusta lo harás bien. Aun estoy algo sentida
porque no me dijiste sobre tu gran proyecto de película.
-Por favor, si te lo hubiese dicho solo me habrías respondido
que no iba a funcionar, no quería que tu realismo me quitara las esperanzas
cuando todavía estaba escribiendo.
-¿Por qué no lo dejas ahí, en el guion nada mas? Seguiría
siendo un buen proyecto, uno más de tus escritos, pero este es lo suficientemente
largo para venderlo a alguien.
-Florencia por favor, mira las cantidades de realidad que
hay metidas en ese libreto. Si alguien tiene que hacerlo soy yo, si alguien
tiene que actuarlo es ustedes, la única forma de que este pedazo de arte se
concrete es si lo logramos nosotros. Que antipoético seria que alguien te
estuviese interpretando a ti en un papel que esta hecho de improvisación. La
belleza no esta en el producto final nada más, durante toda su construcción
esta película es una muestra de arte por la forma en que la estamos realizando.
Benjamín sentía un gran orgullo cuando hablaba así de su
pequeño oficio, eran raras las ocasiones que tenia de explicarle a alguien las
cosas de esta forma, raramente con la Flo siempre se daban.
-Que tierna forma de ponerlo y que épico.
-Es mi estilo, sabes que te encanta.
-Así es baby—dijo ella siguiéndole el ridículo coqueteo.
-En todo caso, estoy terriblemente interesado en tu insight
en todo esto, dado el hecho de que es una película dentro de otra, quiero
que me vayas diciendo las
características sicológicas que interpretas a medida que avanza.
-¡Si! ¡Feliz! Pero creo que en ese aspecto mi ayuda te
habría servido más cuando estabas escribiéndola.
-Le estas poniendo demasiado énfasis a eso. Mis guiones no
nacieron de eso, sino de cosas más irrelevantes como… Como… Mira ¿Te gusta la
lechuga?
-No es mi favorita, prefiero el tomate.
-Si hay algo que yo podría comer hasta reventar y morirme es
lechuga. No me malinterpretes, no me encanta, pero es ligera así que no me
traería problemas a la guata y no me aburriría de ella porque en realidad nunca
tuvo mucha gracia para empezar. Podría comer
lechuga hasta reventar porque no me produce ningún gran cambio, el
minuto en que me aburra de la lechuga me aburro de la existencia, si ese es el
caso podría simplemente matarme.
-¡Ves!—Decia la Flo entre carcajadas—Ese tipo de comentarios
stand up es justamente a los que me refiero.
-Cariño, contrólate—decía él tratando de calmarla—nos están
mirando.
Cuando se hubo calmado, Benjamín le ayudo a respirar
lentamente un rato. Le decía que se calmara pero en el fondo solo seguía
haciendo chistes para mantenerla entretenida.
-¿Mejor?—Preguntó.
-Si, mejor.
-Bueno, como te decía antes de tu ataque: De ahí es de donde
parten mis guiones, porque son distintos a mis otros escritos. Tienes que
apelar al resto de las personas después de todo, cuando escribo otras cosas
podría empezar por el estudio sicológico de la situación, pero en el caso de la
película se lo dejo al espectador.
-Okay, te voy a perdonar eso, aunque no creo que siempre que
partas un guion tenga que ser con un chiste.
-No es un chiste es… Una conversación mal guiada sobre un
tema irrelevante, como en Pulp Fiction.
-Vas a tener que trabajar en tu originalidad.
-Hasta ahora todo va bien.
Se miraron en silencio un rato. Benjamín ya había terminado
su Mocha, ahora deseaba probar el Frapuccino de la Flo pero no quería
interrumpir su línea de pensamiento, lo miraba como si estuviera analizándolo,
con una sonrisa de cierta complicidad, como si Benjamín ya supiese lo que ella
estaba a punto de preguntarle.
-De verdad quieres hacer esta película.
-Para mi es muy importante y me encantaría que estuvieses
comprometida con ella.
-Bien Benjiwi, me compraste. Estoy totalmente amarrada a
esto, te ayudaré.
-Perfecto, me estaba preocupando que te fueses en la mitad
del rodaje. ¿Dame un poco de tu Frapuccino?