miércoles, 31 de agosto de 2016

Contener la Respiración

Siempre vuelvo,
Eterno retorno,
Al duro regazo
Del árbol sin hojas,
Del bailarín
Al borde del abismo.
Dígase de otro modo,
Que me encanta
Nicanor Parra,
Negras arrugas,
Amargas palabras,
Chileno de excelencia.
¡Dios bendiga su escalera!
Subo a la tierra,
Bajo a mi centro
Leyendo nuestra miseria
En tardes sin lluvia.
Más allá de la sangre,
Al otro lado del grito,
Cruzando soledades,
Ahí espera, paciente,
La miel podrida:
Antipoesía.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Enigma

Nadie sabe cuánto dura una marraqueta,
Ni del tamaño ni del espacio se sabe.
¿Cuántos besos hay en su miga?
¿Dónde empieza el pan y termina el deseo?
Morirán las ciudades, las provincias,
La cordillera misma con su nieve,
Antes de que se descifre el braille
De sus abundantes cortezas cóncavas
Y su generoso aroma a mesa familiar.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

El mos de agoste

se retorna al árbol
como a un plato
de garbanzas rojas

se escribe
por la necesidad
de espantar lagartijes

se falta a la cama
apenas se duerme
de díe y de nocha

se anda por la calle
llorando por el ojo
de cicliste trista

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

jueves, 25 de agosto de 2016

Entierro


Me tiemblan las piernas
De mi corazón dolido.
Me castigan las miradas
De gente que ni me mira.
¿Cómo cavé esta fosa?
Tan profunda y en
Tan poco tiempo.
No puedo dormir,
Suenan muy fuerte
Esta noche las palas
Que echan tierra sobre
Este ataúd alicaído


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Los Buenos Amigos

Dícese de mis amigos
Que tienen palabras
Cálidas para dar,
Que son atentos y siempre están
Dispuestos a ayudar.

La verdad es que no oyen
Lo que tengo para decir,
Hablan a mis espaldas.
Me acompañan con hipocresía,
Con mentiras y artimañas.

Raras veces me invitan
En las buenas,
Y peor aún, se marchan
Apenas llegan
Las malas.

Estos buenos amigos
Abundan en las esquinas,
Aparecen por entre las rendijas
Pidiendo dinero, consejo,
Robándome la piel y el alma.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano



lunes, 15 de agosto de 2016

Oro Interno

Toca la puerta una palma
Oscura de blanca piel
Mano de nudillos rotos
Fragante de misterios
Con uñas de invierno
Dedos tentaculares
Enroscados en el pomo
De la entrada de mi casa

Derod me llama -Ayipam-
Su voz escurriendo
En gotas amenazantes
Que había dejado atrás
En bahías rocosas y cerros
Ayipam de las Altarahizas
Quiere llevarme de vuelta
Al labio entre sus costillas

No sabe mi necio amigo
Que mi refugio es la escritura
Los días de luz de papel
Los perros leales
Y la compañía eterna
De candelas iridiscentes

La corrupción de Derod
Su venenosa miyai 
No puede más que arañar
La firme roca que recubre
Mi mente de sirapa
Resplandeciente y tenaz.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano