Dícese de mis amigos
Que tienen palabras
Cálidas para dar,
Que son atentos y siempre están
Dispuestos a ayudar.
La verdad es que no oyen
Lo que tengo para decir,
Hablan a mis espaldas.
Me acompañan con hipocresía,
Con mentiras y artimañas.
Raras veces me invitan
En las buenas,
Y peor aún, se marchan
Apenas llegan
Las malas.
Estos buenos amigos
Abundan en las esquinas,
Aparecen por entre las rendijas
Pidiendo dinero, consejo,
Robándome la piel y el alma.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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