miércoles, 18 de diciembre de 2013

Ícaro Moderno

Esta noche, los sueños
No son más que ilusiones lejanas,
Son esperanzas quebradas
Por el peso de mi propia imbecilidad.

Estoy cansado de pensar bien de la gente,
Yo mismo agoté mi paciencia,
Y no tengo intenciones de ser
Un hombre de bien nunca más.

Después de todo, ser bueno duele
En los huesos, triza el pensamiento
Y pudre el alma.

¿O será que nací para envidiar?
¿Debería sepultar entonces a mis amigos?
¿Debería mutilar a las mujeres que he amado?

Es posible que haya nacido para ser
Un asesino, un mendigo,
O un predicador de mala muerte.

Incluso puede ser que
Toda mi vida esté destinado
A ser un triste loco,
Al borde constante de la demencia.

Quisiera ser más noble, para que
Al menos asistan unas pocas personas
A mi funeral.

Me arrancaría los brazos,
La lengua y el corazón,
Si tan sólo supiera en dónde los dejé.

Esta noche no existió nunca tu nombre,
Ni tu silueta, ni tu mano
Tan decepcionantemente cálida.

Déjenme solo, déjenme sangrar
Con éstas palabras de odio
Y autoflagelación.

¡Déjenme solo les he dicho!

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

jueves, 12 de diciembre de 2013

Truenos de fuego

¡Que tiemble la tierra!
¡Que se derrumben los pilares del cielo!
¡Que estallen los volcanes,
Iniciando con su fuego la guerra!

¡El coloso ha despertado!
El anciano dormido se sacudió la nieve,
El polvo, y los sueños de encima,
Rejuvenecido por la más ardiente de las sangres.

Esa mujer no tendrá escondite,
Ni perdón ni olvido.
No podrá salvarse de la mirada de granito
Del gigante enfurecido.

Y cuando yazca muerta,
Olvidada entre las flores negras,
¿Qué será del triste titán?

¿Gritará triunfante?
¿O caerá sin vida,
Presa de la soledad?


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

domingo, 8 de diciembre de 2013

Viento de Diciembre

Sopla un viento por mi ventana,
Y siento mi corazón como un volantín.
Frágil, ligeramente, me elevo,
Me mecen los sueños,
Me llevan las brisas y el sol
Lejos, más allá de las nubes.

Los minutos son como años en silencio,
Son misterio, son secreto, son estrellas.
La persona con la llave no quiere aparecer,
Y la puerta se niega a permanecer cerrada.
El recuerdo de su voz, la luz de sus ojos,
Es el viento que sopla en mi ventana.

Muero de amor, vivo de amor.
El amor me hace sentir como un papel al viento.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

domingo, 1 de diciembre de 2013

Las ventanas del alma

Conocí a una mujer,
De esas que son más que sólo una mujer.
Tenía una mirada evocativa y sabia,
Llena de ilusiones, tristeza y calor.

Sus ojos eran dos farolas de mercurio,
Perlas incendiadas que crepitaron
Con dulzura envuelta en pasión,
Con el fuego de la alquimia estelar.

¡Cuántos sueños y quimeras!
¡Cuánta maravilla y secreto!
¡Dichoso por haberme perdido
En el encanto de su mirada!

El propósito de mi vida,
Aquél que una vez olvidé;
Lo encontré en sus ojos,
En su alma infinita.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano