jueves, 31 de julio de 2014

Bar

Sentados en la barra de un antiguo bar del centro de la capital estaban dos hombres con un trago frente a ellos. Uno bebía para olvidar, el otro olvidaba para beber. Dejaban salir suspiros entre sorbo y sorbo, ante los cuales el barman respondía con una indiferencia marcada en su rostro amargo. Podía verse la lluvia golpeteando en la ventana, y en la radio sonaban los Beatles. Uno de los dos hombres se puso a llorar, y el otro se acordó de una canción de Los Prisioneros.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

martes, 29 de julio de 2014

Rimas Nocturnas y Otros Males

Estoy perdido en un torbellino,
Me envuelve una lluvia de candados.
No sé cómo es que ha pasado,
Sólo sé que he perdido mi camino.

El invierno me arde en los intestinos,
Siento que los brazos me han mutilado.
Me preguntan por qué estoy cansado,
Yo respondo que no me gusta el pepino.

De mis ojos cae sangre color vino,
Me transformo en triste mar agitado.
¿Quién se quedará mañana a mi lado?
No me importaría que fuera un asesino.

Ando desnudo por ahí como lobo marino,
Me tiembla el pellejo como témpano delgado.
De pronto me siento terriblemente afiebrado,
Y es como si todo lo escribiera en chino.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

lunes, 28 de julio de 2014

Versos de otra era

Mantelito delgado de viento azul,
Carrusel de flores de oro inmenso.
Los volantines pintan peces en el cielo
Con sus cordelitos de nube anhelada.
Es la magia de lo hermoso y lo simple,
Es la brizna de luz de una sonrisa.
Como nieve de fuego que baila al caer,
La belleza está en los ojos de las cosas.
¿Puedes oír el mar latir en las rocas?

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

domingo, 27 de julio de 2014

Sé de un hada en mi jardín

Sé de un bosque que con sus brazos delgados recoge estrellas de fina agua,
Las coloca en su sonrisa inagotable, y recita alabanzas a los días del ayer.
Tengo la impresión de que cuando esa niñita verde camina por entre la luz
Sus pasos son besados suavemente por la primavera, viento de carmín y flor.

Sé de los rayos de dulce enigma que salen disparados del sol de sus ojos,
De las caricias de tiempo que me da en el corazón con su enérgica presencia.
Prefiero la amable cadencia de sus palabras antes que la cacería de mariposas.
¡Luna y rosa! Prefiero su silencio de cordillera antes que la silueta de una diosa.

Creo que quiero besarla entre poema y poema, que quiero pensarla por mi ventana.
Es posible incluso que quiera saber si el cristal brilla como el mar todavía adentro suyo.
Y cuando caiga el invierno, querré tenerla a mi lado, crepitando felinamente.
Sé de su risa, chincol de madera desparramado en el firmamento. Sé de las nubes.
Sé de la vida que habita en los huecos de sus mejillas, y sé mi norte en sus pestañas.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

sábado, 19 de julio de 2014

Retrato

Medialuz plateada repiquetea tras las cortinas, 
El frío de Julio dibuja una niebla espiralada por entre las farolas. 
Ella despertó por el aleteo distante de palomas danzarinas, 
Cuando la ropa de su cama la enroscaba con suavidad. 
Su frente arde de sueño, sus párpados titubean bajo el peso de la levedad, 
Sus labios se curvan lentamente en una sonrisa ingrávida, 
Como un árbol que florece en invierno, como un gladiolo fresco y sin color. 
Apoya su espalda contra la pared y abraza sus rodillas, 
El blanco de su piel se funde en lo delicado de sí misma. 
Sus ojos brillan, son dos mandalas de piedra eterna. 
Toda su habitación impregnada en su aroma dulzón, resuena con espejada voz. 
Su figura se adivina por entre los tejidos indefinidos que desprenden la calidez de su cuerpo: 
Su cintura diminuta, sus piernas calcáreas, 
Los pétalos livianos de su pecho de cristal, 
Los hombros gentiles y redondeados. 
Ella toda es una fotografía, así como sus brazos son canción, 
Su nariz escultura y su pelo es la sombra misma del viento.
Pero ella no está ahí,
Ahí no hay niña sonriente ni mujer hermosa,
Ni cama monumental ni cortinas fantasmales,
Ni habitación pintada con la magia de la luz.
En ese espacio de poesía no hay nada,
Pero aún persiste la fragilidad perfumada de sus manos y su cuello.

-La mujer es fuego ardiendo en lo profundo de una botella.

jueves, 17 de julio de 2014

Balazos Líquidos

Va a ponerse a llover con furia, como si la tierra estuviera condenada a ahogarse en aguas heladas como puñales de destierro. Describirán círculos profundos las gotas esqueléticas al caer, y su repiqueteo será un campanazo terrible, un alarido de escorpiones venenosos. Los negros nubarrones actuarán como verdugos emplumados, serán cuervos delirantes que hallarán su regocijo en sus hachazos tenebrosos. Esta lluvia será tremenda, un bombardeo de espejos, y cada golpe de viento será una herida eróticamente articulada en la piel humana. Nótese que no he hablado de la muerte, y es que el temporal que se avecina será una pedrada de hielo, destinada a doler, desfigurar, mas no a acabar con su tortura. No, la lluvia sabe dónde pegar para hacer que brote el llanto más perversamente delicioso.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

El poeta en los tiempos del cólera

Déjenme soñar la leche que beberé mañana,
Espumosa y sugerente con sus curvas blancas.
Dibujaré soles de madera en mi piel sedienta,
Esperando el calor salino de sus rayos tatuados.
Hay una manito que golpea la puerta,
Con suavidad pide entrar, pide un fotógrafo,
Desea un retrato a la luz de la luna sentada a la mesa,
Quiere una copa de vino proveniente de mis dedos.
Se me vienen zorros delgados a la mente,
Y con sus pelajes de espadas me encaran seriamente:
"¿Qué pasó con el fuego? ¿Dónde lo guardaste?"
No entiendo sus preguntas, llaman a la puerta.
"¿Es que pretendes enterrar la joya roja?
¿Vas a vender tu lágrima de sangre a una cualquiera?"
No, no entiendo, ¿de dónde viene esta tristeza?
¿A quién pertenece la mano enguantada de esa mujer?
Me chillan los zorros, la puerta es un trueno,
Se juntan los ruidos en un sonoro estruendo.
¡Déjenme soñar la leche que beberé mañana!

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

martes, 15 de julio de 2014

Reinaldo

Uno aprende más de los pobres
De lo que podría pagárseles jamás.
Claro está que hay unos más nobles que otros,
Pero Reinaldo, ¡Que viva Reinaldo!
¡Quien lo viera recobraría la fe!
¡Dígolo yo, Reinaldo es más que hombre!
¡Sea el vino para su palabra!
¡Sean los caballos para su espíritu!
Sea el amor para su nombre.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

El buen fuego nunca muere

Tiempo atrás escribía cartas de amor a una mujer que brillaba con el sol.
Me perdía locamente en su mirada, y de su boca conocí el amor,
Comprendí por sus labios el cine erótico y las películas románticas.
Era una librería inmensa, podía entrar en ella y salir con 20 nuevos ideales,
Los cuales me mantenían despierto durante gran parte de la noche.
A veces me detenía a mirarla, durante minutos no despegaba mi vista de ella,
Porque parecía más una escultura o un sueño exquisito, su piel era irreal.
Ella sabía hacerme reír, sabía hacerme llorar, ondeaba mi corazón a diario,
Y yo no entendía sus palabras, sus silencios, no cabía en mí tanta belleza.
Yo la quise, quiero creer que estuvimos destinados a bailar salsa cubana,
Que pude haber entrelazado mis dedos con los suyos para que no se fuera.
¡Quisimos más estrellas de las que cabían en nuestras manos!
¿Cuánto mar habremos creado entre los dos?
Cerramos nuestros corazones como escapando del viento que todo lo borra,
Y sin quererlo, apagamos la luz que pendía sobre nosotros.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

sábado, 12 de julio de 2014

Mi corazón está en Papudo

Neblina enroscada dulcemente en lo alto de los cerros,
Sol que brilla como baila girando como eternidad de mar,
La riqueza escondida del viento soltada a fecundar mariposas.
Rocas azules, grutas y arena con el encanto helénico de la sal,
La quebrada invisible del Tigre es corona sureña de la ciudad,
El oro se derrama de los ojos de los negros isleños ancianos,
Y las gaviotas pegan aletazos de plata y nube entre las olas.
Casas viejas resquebrajadas por los años de anidar en paz,
Las plazas laten amorosamente durante los veranos frescos,
Y las calles, reliquias olvidadas, revientan de humanidad amorosa.
Me conmueve que hasta el cementerio es una flor de cielo y agua.
Es el festival eterno lo que reverbera en mi memoria,
Espacio de lo despacio, pueblo de quiltros, gatos y pelícanos,
Empanadas, pescaderías, pescadores y botes de piedra ligera.
La delicia del asado dieciochero, la alegría de la Virgencita en año nuevo,
Siestas largas que se estiran por semanas, árboles que son tesoro,
Y el amor de la playa por esas gentes felices que en ella se bañan.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

jueves, 10 de julio de 2014

El Escondite Perfecto

Las ánforas son más bellas que los crótalos,
No hay duendecillo capaz de forjar sus curvas,
Ni ángel capaz de cantar su voluptuosa estampa.
Encontré una de estas doncellas enterradas en el campo,
Llena de guarenes y gusanos, hedienta a tábanos,
Pero reconocí la gloria inmediatamente,
Brillaba cual joya invisible en sus asas ligeras.
Luego de desparasitarla, lavarla concienzudamente,
Y tras pulirla con lágrimas de gladiolos rojos,
Decidí esconder mi roto corazón dentro de su útero,
Tapando su boca perfumada con un corcho gigante,
Y encadenándola cual Andrómeda bajo 9 llaves de plata
Con la esperanza de que nadie vuelva a ver ni un rastro,
Ni una sola gota de color de mi procedencia.
Los caballos tienen una llave, las otras ocho me las tragué.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Invierno en Altarahiza

La melancolía es una bestia enorme que rompe mi columna vertebral
Como si fuera una espina de pescado o una flor de papel delgadísima.
Echo de menos con ferocidad a tantas cosas, tanta es la gente que extraño,
Que me quiebro cada vez más sobre mí mismo, achicándome en lo azulado.
Cada lágrima es un zarpazo del demonio de la tristeza, ¡Ay del dolor!
¡Ay de todos los que añoran! ¡Ay de la melancolía, terremoto grande!
Me siento escribir los mismos versos una y otra vez, me repito y me repito,
Porque este vacío no me abandona, ¿Seré alguna vez libre de su hielo?

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Este mundo no es un buen mundo

¿Quién sabe cuánto dura una semana?
¿Cómo medir el silencio, la noche, el llanto?
Quisiera decirle a los niños que es mejor no nacer,
El mundo no está preparado para corazones inocentes.
La ternura no tiene cabida en el mercado,
El corazón no pertenece a los colegios,
Y el alma nada tiene que hacer en las iglesias.
¿Quién sabe para qué sirven los años?
Vamos juntando suciedad en las arrugas,
Empezamos a perder amistades lentamente,
¿Qué sentido tienen los calendarios?
A veces me dan ganas de que me entierren vivo,
Para estar en un lugar en el que pertenecer realmente.
Si el amor ha de salvarnos de la vida,
¿Qué habrá que pueda salvarnos del amor?

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

lunes, 7 de julio de 2014

De Revés

No me vengan a decir a mí que tengo las cosas claras,
Yo confundo todo, absolutamente todo lo entiendo mal.
Se me pierde el arriba y el abajo, no sé qué día es hoy,
Olvido mis promesas, a veces recuerdo lo que nunca pasó.
Malinterpreto lo que son instrucciones sencillísimas, fáciles,
Y me enredo con mis pensamientos, tengo nudos mentales.
Lo que es recto lo veo curvo, lo feo lo encuentro hermoso,
Me las apaño siempre para encontrar sombras en el sol.
En ocasiones me pareciera que me están hablando en chino,
Los sonidos simples no son más que distorsión, estática.
Me pongo los zapatos al revés, por eso me duelen los pies,
Y hay días que salgo en pijama a la calle, soy despistado.
Toco a las mujeres como si fueran guitarras, ¡Vean ustedes!
Y a las guitarras, las acaricio cual jovencitas, ¡No me lo explico!
Cuandoescribonousoespacios,menosaúnpuntosfinales

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

Tecleando al caminar

Es posible que se me vayan las manos en una andanza larga.
Sólo es cuestión de que me quede dormido, y se irán lejos:
Primero, temblarán en mis muñecas, se sacudirán suavemente;
Después harán movimientos con sus dedos, contorsionándolos,
Hasta que en un momento de silencio, se liberen de mis brazos.
Cuando éso suceda, empezarán a corretear por mi habitación,
Encontrarán mi ventana, y saltarán al vacío, escapándose de mí.
Al despertar, grande será mi sorpresa. "¡No tengo manos!"
"¿A dónde se fueron? ¿Cómo podré girar el pomo de mi puerta?"
En los diarios van a aparecer reportajes sobre manos sin cuerpo,
Acariciando el cuello de bellas señoritas, espantando a la población.
Sólo esperen y verán, estas manos mías van a hacer noticia algún día.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

sábado, 5 de julio de 2014

Bombo Profundo

Y yo que pensaba en las estrellas que se esconden bajo tu ropa,
Me vi envuelto en la vorágine del terror más salvaje de tus ojos.
¡Ay de esos días cortos! ¿Qué fue del amor que nos juramos?
Solíamos ir de la mano, ¿te acuerdas de la forma en que te besé,
Como si se me fuera el aliento en cada labio suave que me diste?
Mi corazón como un bombo profundo, golpeaba en mi gravemente:
Pom pom, latía. Pom pom, gemía. Pom pom, gritaba. ¡Pom pom!
Esas manos pequeñas aún me persiguen, son sicarias de la tristeza.
Y yo que soñaba en verte al día siguiente, tu sonrisa anchamente tuya,
Alejaste tu mirar y su luz de improviso. ¡Ay de tu nariz hermosa!
En mi cabeza puedo oír aún el ronco pom pom que me provocaste.
Pom pom, fiebre. Pom pom, delirio. Pom pom, tu nombre. ¡Pom pom!
Hoy que los árboles se han quedado sin hojas que llorar, hoy justamente
Es que te apareces como fantasmagórico orgasmo en mi solitaria cama.
¡Ay de mí! ¡Ay de nosotros! ¡El viento me pide que te olvide, y no sé!
Pom pom. ¡Pom pom!


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

viernes, 4 de julio de 2014

Los volcanes se hacen pasar por montañas.

Nací hace varios años, en un día de lluvia,
Cuando sólo el columpio existía en la humedad.
La levedad fue mi cuna, me nutrí en lo despacio,
Pero aunque me inculcaron a andar con calma,
Dentro mío hay una estufa grande, un vapor inmenso.
Nunca he servido para ver las cosas con serenidad,
Lo intenso es lo que bulle por mis venas hirvientes,
No hay nada que me tome a la ligera.
La pasión es el rostro que se esconde tras mi silencio,
El deseo es mi motor, el placer mi canción, el calor.
Tengo un sol en erupción por corazón,
Y ando buscando lunas que alumbrar.
Cuando la gente no me está mirando
Mis ojos se hacen fuego y chisporrotean.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

jueves, 3 de julio de 2014

Sin Título II

¿Qué será de las mujeres? ¿Qué será del ensueño?
¿Cuántas canciones se escribirán sobre el silencio?
¿Qué será de las almas talladas del lapizlázuli?
Cuando se sienten a la mesa los caballeros grandes,
Y las espadas sean guardadas en baúles hondos,
¿Qué mentiras se dirán sobre sus hombros rectos?
¿Será la soledad la que gobierne sus armaduras vacías?
Y sus monturas, sus leales y blancos corceles,
¿A qué prados irán a pastar y a dormir?
Los molinos van a arrasar pueblos enteros a este paso.
No llores escudero, tu señor no ha muerto,
Sólo se ha perdido.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

miércoles, 2 de julio de 2014

Pequeño Juego

La vaca va caminando,
Caballo buscaba yo,
El cerdo es un ser domado,
¿O ve Javier a la oveja?
El sapo es una cosa poca,
Y al pollo le escupo yo.
¡Hagan sospechas, gansos!
El gato paga todas sus deudas,
¡Mientras el zorro hacía el manso robo!
La jirafa gira fácilmente sobre su eje.
Venado, ven a dormir conmigo,
Que me asusta el mono, ¡¿Cómo no?!
En este juego hay una escama, león,
Y guanaco es la iguana completa.
Esto es evidente, pero la ballena va llena.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

martes, 1 de julio de 2014

Pewü para niños y viejos

Barramos con todo el pasado,
Juntemos los trocitos de polvo,
Los recuerdos y los insomnios
En un montoncito de pelusas.
¡Hay que botar la melancolía!
¡Quememos la catedral de la tristeza!
Hagamos arder cada dolor,
Dejemos pasar el pasado.
¡Derroquémoslo de su trono de lágrimas!
Hoy solo existe el mañana,
La promesa de un viento fresco,
La ilusión de un sol nuevo,
Radiante, inagotablemente luz de oro
Por la cual todo será embellecido.
Abramos las ventanas para que se vaya el invierno,
Y plantemos flores para que llegue la doncella verde
Con su manto de río infinito y alegrías.
¡Depílense, mujeres!
¡Aféitense, varones!
Recibamos la vida nueva sin un pelo de ira en la piel.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano