lunes, 7 de julio de 2014

Tecleando al caminar

Es posible que se me vayan las manos en una andanza larga.
Sólo es cuestión de que me quede dormido, y se irán lejos:
Primero, temblarán en mis muñecas, se sacudirán suavemente;
Después harán movimientos con sus dedos, contorsionándolos,
Hasta que en un momento de silencio, se liberen de mis brazos.
Cuando éso suceda, empezarán a corretear por mi habitación,
Encontrarán mi ventana, y saltarán al vacío, escapándose de mí.
Al despertar, grande será mi sorpresa. "¡No tengo manos!"
"¿A dónde se fueron? ¿Cómo podré girar el pomo de mi puerta?"
En los diarios van a aparecer reportajes sobre manos sin cuerpo,
Acariciando el cuello de bellas señoritas, espantando a la población.
Sólo esperen y verán, estas manos mías van a hacer noticia algún día.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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