De esas que son más que sólo una mujer.
Tenía una mirada evocativa y sabia,
Tenía una mirada evocativa y sabia,
Llena de ilusiones, tristeza y calor.
Sus ojos eran dos farolas de mercurio,
Perlas incendiadas que crepitaron
Con dulzura envuelta en pasión,
Con el fuego de la alquimia estelar.
¡Cuántos sueños y quimeras!
¡Cuánta maravilla y secreto!
¡Cuánta maravilla y secreto!
¡Dichoso por haberme perdido
En el encanto de su mirada!
En el encanto de su mirada!
El propósito de mi vida,
Aquél que una vez olvidé;
Lo encontré en sus ojos,
En su alma infinita.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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