viernes, 24 de marzo de 2017

Autosabotaje

Nunca deja de sorprenderme
Todo lo imbécil que puedo ser:
No sé cómo llego a olvidar
Que toda buena acción trae castigo.

Hay cosas obvias que paso por alto,
Como que si alguien sale de la ciudad
Significa que ya no está en la ciudad;
O que si me miran directamente,
Es probable que puedan verme.

Me irrita mi lentitud mental.

Y la lentitud de corazón, ¡oh!
¡Ahí me entran rabias locas!

Idiotez emocional, como olvidar
Que si me refugio en la noche
Terminaré con escamas de tinieblas.

Estupidez de sentimientos,
Como añorar un abrazo de espinas
O una corona de sangre propia
Como signo de santidad.

¡Si es que a mí me pagan por tonto!

Debería dedicarme a buscar un proxeneta
Que pueda venderme como sadomasoquista.
De seguro terminaría agradecido
De quienquiera que sostenga mis cadenas
Con firmeza, insensibilidad, y erecciones.

¡Besaría el piso de mi propio asesino!
Y le pagaría a sicarios para que fueran
A llevarme al otro patio de la existencia.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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