martes, 15 de mayo de 2012

Llamada Perdida.

¿Una llamada perdida? Aaah no, no es nada. Solo el reloj en la pantalla del celular, dando la hora.

Situación de todos los días: subo hasta mi pieza donde deje mi celular horas atrás. Lo tomo, pero antes de apretar esa tecla cualquiera que despierte esa negra pantalla me empiezo a imaginar lo que podría suceder a continuación:
4 llamadas perdidas, 1 mensaje recibido. 1 de las llamadas perdidas es de mi hermana, quien me buscaba minutos atrás pero cayendo en las tentaciones que la llevan a pecar de holgazanería decidió llamarme. Las otras 3 llamadas son tuyas, 2 hace mas de 1 hora, pero con menos de 3 minutos de diferencia, la restante hace menos de 10 minutos. Finalmente, el mensaje. También tuyo, un minuto después de la segunda llamada. Procedo a leerlo: "Toi sola y aburria comiendo helao en mi ksa" a lo que siguen dos puntos y una P mayúscula. Una declaración innecesaria, demostrativa de desesperación y falta de compañía. Lo que realmente intenta comunicar es: "Comía helado pero no encontré a nadie a quien presumírselo. Tengo varias opciones de cosas para hacer, pero no tengo ganas de hacer ninguna de ellas, en vez de eso preferiría hablar contigo, quiero que tengamos una conversación divertida, me canse de llamarte asique te deje este mensaje para que lo respondas".
Eso es lo que realmente me estas enviando: una abierta invitación a llamarte. ¿Voy a hacerlo? Podría pasar el rato en una de nuestras típicas conversaciones, donde la mitad del tiempo me quedo callado y escucho lo que tú haces. Las mismas cosas que podrías hacer en cualquier minuto del día, pero decides agregarle la complicación de estar conmigo al teléfono. ¿Te gusta que sepa lo que estás haciendo? Jamás lo he entendido, pero no me molesta (de hecho, hasta me gusta) asique lo tolero. Hablamos casi una hora, discutiendo las cosas más estúpidas, comentado las cosas más comunes y relatándonos hechos recientes. 
La conversación se termina abruptamente, dices que tienes algo que hacer o que ya no te interesa seguir conversando. Te despides cariñosamente y  cortas de forma repentina.
Pienso para mis adentros: "Que extraña y sin embargo encantadora persona"

Todas estas cosas pasan fugazmente por mi cabeza en menos de un segundo, justo antes de que decida apretar el botón central del teclado direccional del celular. Se prende la pantalla, leo el mensaje que dice: "Pulse * para desbloquear" una vez que este se retira solo veo el reloj en una esquina, debajo de este sale la fecha escrita, al otro lado la cantidad de señal que tengo, la batería a medio cargar y un pequeño logotipo avisándome que el teclado está bloqueado. El fondo de pantalla de esa foto de mi perro y un pequeño "Desbloq" en el centro inferior del monitor.
Ninguna novedad, dejo el celular donde estaba y me retiro de mi pieza.

"Muy en el fondo, siempre espero una llamada perdida."


Benjamín Cruz P.

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