jueves, 17 de abril de 2014

Vuelvo a ti, vuelvo en ti

He vuelto, regresé del viaje largo.
Mis pies mucho mundo conocieron,
Pero tus labios de fuego me atrajeron
Hasta las bancas de la plaza conocida.
No hay París que se iguale a tus besos balsámicos.
¡Maravillosos tus besos de incienso!
Su aroma de flores me reconforta,
Despeja mi frente de la incertidumbre,
Y reaviva este corazón cansado.
El tacto de tu piel y su trance místico,
Tus manos junto a las mías,
El hueco que rellenas en mi pecho
Con cada suspiro que me regalas,
El silencio, la emoción, la aventura,
El cielo encendido en luz y estrellas de ensueño,
¡Todo lo que compartimos es hermoso!
¡Todo lo que hicimos es un destello de alegría!
Cruzando las noches lejanas,
Fuiste la centella brillante
Que alumbró mi camino de regreso,
Y hoy eres el hogar que dejé atrás,
Eres la puerta que me recibe,
Eres mi habitación amada.
Mi cama añorada como el mar,
La almohada de mi anhelos eres tú.
Mañana cuando despierte, serás el sol,
El desayuno, y el beso de buenos días,
Serás todo lo que necesite.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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