Desde que estoy resfriado y afiebrado en la cabeza,
Me tiritan los pensamientos cuando estornudo,
¡Se me escapa la vida por las narices!
Mi garganta no sabe de amor,
Sólo de sed y ardor.
Mis párpados claman por miel y limón,
Por algún bálsamo que detenga los mareos.
Las sopaipillas están desabridas,
¡Me dan ganas de agarrar a sopapazos
A este condenado resfrío!
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
No hay comentarios:
Publicar un comentario