Nunca le digas a una mujer que tiene la mirada de un burro retrógrado enamorado, por mucho que la dama en cuestión sea una vieja desgraciada. Siempre que veas algo blanco empieza a hablar de estrellas o de flores, a menos que carezcas de compañía inmediata, en cuyo caso es mejor sostener el silencio. Arremangarse las mangas es un acto de nobleza, sobretodo si es que se manipulan minerales o cubiertos de plata. No te avergüences de tu propia desnudez, limpia tu nariz, practica la magia de ser ambidiestro. Inventa diez sueños nuevos por noche, y vive de revés si es que eso te llevará más lejos.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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