Me enferman los maniquíes,
Con sus plásticos sugerentes,
Y su postura de orgullo europeo.
Son cadáveres socarrones
Que juzgan nuestras figuras
Como si dioses de las artes
Y mascarones de proa y hielo.
Su desnudez me irrita,
Me hinchan las venas del cuello
Y estiran mi mirada inevitablemente.
¡Los maniquíes no necesitan senos gigantes!
¡Que alguien nos libre de sus protuberancias!
Autor; Felipe Guzmán Bejarano
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