Van a llover cristales rojos en los campos
El día en que se pierda el corazón humano.
Será un aguacero de piedras, estalactitas,
Abriendo surcos enormes, separando a los hermanos.
Si es que se llega a morir la ilusión,
Y desaparece para siempre el calor del verano,
Vendrá entonces un tifón de furia traslúcida,
Devorador de zorzales, gaviotas y milanos.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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