Humo que se escurre entre las piernas como un susurro,
Orbes deleitantes que observan desde lo ámbar en silencio.
Bigotes de vapor que se estremecen casi imperceptiblemente.
Cola que se menea como agua en ebullición, serpentea,
Es la respiración misma del pelaje vuelta rabo inquieto.
Ondeando pausadamente, como oleaje de infinitud,
El contorneo seductor comienza y no se detiene ni en la quietud.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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