lunes, 11 de junio de 2012

Historias erráticas de gente promedio.Harry Steinberg Dawson.

Mi primer día de clases de Cuarto Medio (hace ya mas de una año) estuvo marcado por la melancolía y el aburrimiento. Sentado frente a mi computador recordaba una película que había visto hace una semana de Woody Allen. Y repentinamente llegó a mi un historia, una serie de elementos entre cruzados, una narración de tal complejidad que me urgió escribirla inmediatamente.

Es la historia de Harry Steinberg, esta desordenada, es mi obra maestra y LO MAS IMPORTANTE  Aun no la termino.

Bueno, Disfruten.

Harry Steinberg Dawson pt.4.

A medida que el ascensor descendía, Harry se sentía más y más confiado de su tarea. Le pareció extraño este efecto, se imaginaba que cuando uno bajaba al infierno empezaría a sentir más miedo a medida que se adentra en las profundidades, pero no fue así.
Auque estaba perfectamente consciente de los horrores que le esperaban al otro lado de esa puerta, una vez se abriera,  no le parecía que fuera amenazante, ni le angustiaba la situación. Esto no significaba que se sintiera bien, a gusto, alegre ni más que eso. No estaba cómodo, eso es seguro, pero no le atormentaba su predicamento. A decir verdad, lo única sensación que experimentaba era una inquietante ansiedad por volver a su sillón y su televisor antes de que empezara su comedia favorita. 
El ascensor parecía nunca terminar de bajar. Harry contó hasta 64 pisos (juzgando por las luces que se filtraban por la hendidura de en medio de las puertas, ya que el ascensor no contaba con algún monitor que le indicase en que piso se hallaba) antes de perder el interés por ello. Y además de eso no encontraba mucho que hacer. A diferencia de la mayoría de los ascensores a los que Harry se había subido, este no contaba con espejos en las paredes, lo que le imposibilitaba el ponerse a jugar con las infinitas reflexiones de su persona que tan a menudo lo acompañaban cuando transitaba dentro de un rascacielos. Las paredes eran más bien de un color negro opaco, no había la menor señal de que se pudiera reflejar una imagen en tal muralla. Tampoco se escuchaba ninguna música del estilo de las de las salas de espera, se le venían a la mente las melodías del Tetris o de Herb Alpert, pero no era capaz de tararear ninguna en ese momento, quizás la memoria le fallaba por el cansancio. Sumido en el aburrimiento, Harry cerró sus ojos y se propuso descansar un rato antes de enfrentar el desafío que le esperaba en el ultimo piso.
Para cuando Harry abrió los ojos, absolutamente nada había cambiado. El ascensor seguía descendiendo a paso veloz, quizás más rápido que antes, y aun no había ningún sonido que le distrajera. Sin embargo ya no podía dormir, el ascensor había descendido tanto que ahora se encontraba sumido en un calor infernal (valga la divina redundancia) e insoportable. Recordó las palabras del buen hombre que lo recibió en el vestíbulo. "¿No quiere que le guarde el abrigo señor Steinberg? Usted se dirige a las profundidades bajo el sótano del subterráneo de las tinieblas, créame cuando le digo: Allá hace mucho calor.". Harry rió, no era la primera vez que ignoraba consejos ajenos que después le valían un mal rato. La sed y el calor lo estaban matando, por suerte trajo con él su petaca de whisky (Harry rió de nuevo, si hubiera entregado el abrigo no la tendría en este momento. Sus malas decisiones por lo menos se compensaban con pequeñas recompensas.). Pensaba guardar el licor para cuando se enfrentara al monstruoso ambiente al que se dirigía,  pero el valle de los muertos le había dado tantas sorpresas a estas alturas que dudaba que lo necesitara para tal momento. Dio un profundo trago esperando saciar su sed. Claramente Harry había olvidado completamente el sabor del whisky, "Eso fue estúpido." Pensó. Ahora tenía más calor que antes.
Aunque le habían quitado su reloj y su teléfono al ingresar al hades, calculaba que para esta hora ya había pasado su comedia. Era una lastima, realmente quería ver el episodio de esa semana, pero no se angustió tanto "Puedo ver la repetición el domingo." Se dijo a si mismo.
El aire se empezó a poner pesado, Harry tosió. Le pareció curioso que halla sido capaz de bajar tanto sin haber empezado a ahogarse antes, su asma nunca le había dejado subir mas de  mil metros sobre el nivel del mar y ahora estaba a (probablemente) millones de kilómetros de profundidad y solo tosía.
Repentinamente, sonó una voz en off.
-"El elevador se detendrá y abrirá sus puertas, pero no se apresure señor Steinberg, esta no es su parada. La detención es solo para recibir un nuevo pasajero, por favor no descienda del elevador. Por su comprensión, muchas gracias.".
Hubo 3 cosas que le molestaron a Harry de ese anuncio: Primero, siempre había odiado la palabra "elevador". Después, se había esperanzado que finalmente saldría de ese horno, pero luego se decepcionó. Y por ultimo, no le acomodaba la idea de estar con alguien más en el ascensor. Había suficiente espacio para 8 personas, pero Harry ya se había acostumbrada a la cómoda privacidad de un ascensor solitario.
Cuando el ascensor se detuvo Harry se paró. No pretendía desobedecer las órdenes que se le habían dado, pero tampoco quería ser descortés y no iba a recibir a alguien estando sentado en el suelo. La maquina se mantuvo estática por unos 17 segundos antes de abrir sus puertas. Cuando esto sucedió, el ambiente en el que se encontraba Harry cambió completamente, entro en el ascensor una brisa helada y refrescante. Sintió como el aire dentro del lugar se renovaba completamente y, una vez que se salio de su estupor por el choque del maravilloso fluido lleno de oxigeno, quedo embobado frente al paisaje. Fuera del ascensor había solo agua, era como si estuviera flotando en medio del océano, solo que Harry asumió que no era el mar, pues no sentía el típico olor salado que experimentaba en la playa y el agua estaba completamente calmada. Atónito por la imagen que se presentaba ante él, Harry observo un largo rato el horizonte. Fue interrumpido cuando una mujer salió del agua y entro en el ascensor. Todo eso fue en un solo movimiento muy rápido, de hecho Harry no logró darse cuenta de lo que había pasado hasta que las puertas del ascensor se cerraron de nuevo y este reanudo su marcha.


Benjamín Cruz P.

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