martes, 12 de junio de 2012

Harry Steinberg Dawson. pt2.

Pasmado por la repentina desaparición del Sr. Vendetto, Harry no pudo mover un músculo. Inspiro 3 profundas bocanadas de aire antes de terminar su vaso de leche. El viento proveniente de lo que antes era el marco de su ventanal principal le desordenaba el pelo, se acercó un par de pasos para asomar la cabeza, pero en realidad temía  caer al vacío igual que su previo visitante, así que se alejó a penas tuvo una visibilidad clara de lo que había abajo. Tal y como le había dicho Rocco, ni un rastro de su cuerpo había quedado en el pavimento, de hecho, no había nada de él en ninguna parte. "Una lastima" pensó Harry "Un tumulto habría hecho este día algo mas interesante.". 

Inspirado en este ultimo pensamiento, tomo la guía de la programación del cable que había en su mesita de café. Le dio una hojeada y se detuvo un par de veces para leer los encabezados. Lo más interesante era que a partir de las 7 transmitían, de corrido, capítulos nuevos de todas sus series favoritas, la mayoría de comedia. Al no encontrar nada más interesante dejo la guía en su lugar. "Mejor empiezo mi día" pensó, acto seguido: se aseo, desayunó unas tostadas con palta y jamón (pero sin corteza, Sofía siempre le sacaba la corteza a su pan. Era tan considerada.), yogurt de vainilla y un café bien cargado. Se puso una camisa y un pantalón cualquiera, pero escogió cuidadosamente el abrigo: Se decidió por el grueso de piel que había usado en una fiesta hace 4 días. Luego tomo el reloj de su abuelo y se lo puso en la muñeca. El reloj nunca había dado la hora correcta, y todos los días cambiaba su margen de diferencia con esta, pero lo usaba por un peculiar sentimiento de nostalgia. Nunca lo había analizado mucho verdaderamente, quizás solo le gustaba mostrar que tenia un reloj de plata viejo.

Eran las 12:18 cuando Harry Steinberg salió a la calle, siguiendo las instrucciones que le dio el Sr. Vendetto. Bajó por la Gran Avenida hasta la calle 67. Se encontró con varios artistas callejeros en su camino, había un payaso que actuaba junto a un mimo, hacían un número bastante curioso. También estaban sus amigos de "Pitbulls on Tuxedos" un trío de jazz-fusión que siempre tocaba en la misma esquina, siempre se quedaba un rato a verlos. A estas alturas ellos ya lo conocían y conversaban un rato con él, interrumpiendo su (poco atractivo al público) show.   

Siguió hacia el norte y en la 14Oeste doblo a la izquierda, 3 cuadras mas allá se encontró con el edificio que le había indicado el Sr. Vendetto. Era la quincuagésima octava vez que entraba en ese edificio. Era de esperarse, sus sesiones eran semanales y su madre solía vivir en el piso 3. Incontables veces se había dicho: "Después de la terapia iré a visitar a mamá." Realmente cumplía su cometido solo un 50% de las veces que se lo proponía, pero cuando lo hacía siempre era una visita muy agradable. Le llevaba chocolates de licor y trufas con esencia de almendra, pues su madre era fanática de estos y otros variados dulces.
Cruzó la amplia entrada del edificio, cuidadosamente ornamentada con una especie de Rococó  y unas columnas que asimilaban el estilo corintio de las columnas griegas, solo ahora se fijaba en la curiosa estructura que era esa entrada que tantas veces había pasado. Tras el espectacular arco llegaba a un ancho salón, con una única puerta que parecía diminuta comparada con la habitación en la que se encontraba. Al abrirla se encontraba uno de esos viejos ascensores con una reja exterior y otra interior, de esos que se tambalean mucho debido a su vejez. 

Harry se encontró divagando en la entrada de un edificio que le era tan familiar como su propio departamento. "Después me fijaré en los detalles, mejor subo de una vez" se susurró a si mismo. Cuando pasó por todo lo previamente descrito y se halló dentro del habitual ascensor sintió unas terribles ganas de ir al tercer piso, pero desistió después de tener un repentino llamado del deber. Apretó el desgastado botón del numero 12 y se mantuvo firme tratando de no apoyarse en las sucias paredes del elevador. No quería manchar ese abrigo, le gustaba mucho. 

El ascensor solo llegó al piso 7, allí Harry converso con el conserje de turno, este le explico que el ascensor estaba descompuesto y solo llegaba hasta dicho piso, si quería subir más tendría que usar las escaleras. Sin sentirse mayormente disgustado Harry subió los 5 pisos restantes, llegó un poco cansado a su destino, pero no demasiado.

Leyó la imponente placa en la puerta "Dr. Eric Blair". Le costaba creer que estaba devuelta en la consulta tan pronto, pero no necesitaba dar mayores explicaciones a su sicólogo, el siempre había entendido muy bien los dilemas en los que se metía. Tocó la puerta 3 veces como acostumbraba hacer.
"-¿Harry? ¡Pasa hombre! Me preguntaba porque te demorabas tanto, la verdad es que he estado esperando este momento con muchas ansias. ¿Viniste bajo las instrucciones de Rocco Vendetto verdad? Si, bien. Entonces ya tienes claro el panorama. Perfecto, así no tendremos que detenernos en trivialidades. Aunque nunca me preocupe mucho por eso, se que eres un hombre que no se interroga mucho las cosas, solo las cumple. Bueno, supongo que eso mismo fue lo que te metió en este problema. ¡No es que piense que te lo merezcas! ¡Para nada! Solo digo que es la lógica consecue-" 
"-No estoy loco ¿verdad?". Harry interrumpió al doctor de manera muy sorpresiva, pero calmada, nada de brusca. 
"-¿Cómo? ¡No! Dios, claro que no. ¿Por qué pierdes tiempo preguntándote algo así? No es algo que acostumbrarías hacer."
"-Bueno, solo me bajo la curiosidad. Tengo entendido que estas cosas no le pasan a todo el mundo."
"-Si por supuesto, tienes todo el derecho a preguntarte cosas así. Pero dejémonos de asuntos irrelevantes, dime ¿Cómo puedo ayudarte?"
"-En realidad no lo tengo muy claro, el Sr. Vendetto me dijo que viniera para acá, no fue mi idea."
"-Si eso ya lo se, pero ¿Debes tener una especie de plan de acción o no? ¡¿Que estoy diciendo?! ¡Mírenme! ¡Hablando de planes con Harry Steinberg! Por favor, olvida lo que dije. Dime Harry: ¿Qué quieres hacer ahora?"
"-Supongo que debería dirigirme al infierno, el problema es que no se como llegar hasta allá. Dudo que matándome sea la respuesta, no creo en el infierno asíque de todas formas no llegaría a él."
"-¡Ajajá! Ese es Harry Steinberg. Desafiando a la jerarquía directamente. Tienes toda la razón ¿Para que enredarse tanto con los dilemas filosóficos, las paradojas espirituales y otras interrogantes del hombre? ¡Enfrentemos al demonio directamente! Él te quito algo ¡Y tú se lo quitas de vuelta! ¡Así como así! No hay fuerzas superiores que te desmoralicen, no hay desventajas. ¡Harry Steinberg! ¡Embarcado en una odisea hacia un lugar que ni siquiera cree que existe! Es espectacular Harry, espectacular te digo. Te ríes del poder que nadie impone sobre ti, incluso cuando te lo presentan a la cara. No renuncias a tus convicciones aunque estas sean claramente desmentidas por fuerzas incomprensibles y seres que no conoces. ¡Un metafísico perfecto! Eso es lo que eres Harry. Lo que no conoces o no entiendes no existe. Aunque estés cara a cara con él, prefieres ignorarlo ¿Por qué? ¡Porque te es más cómodo nada más! Si el mundo no cambia por ti ¡Tú lo cambiaras! Y si se niega a cambiar ¡Renunciarás a el! Es admirable Harry, pero puede ser autodestructivo. Tienes que entender que no te estas enfrentando solo con el lugar en el que no crees, sino también a toda la cultura de la que desistes. Si entras en el contexto que desconoces, te encontraras con todos esos elementos que desconoces. No será solo uno, no serán solo varios, será Todo Harry. Te estas alistando a una confrontación directa con todo. Incluso contigo mismo, y eso es lo que mas temo Harry. Tu. Tú y Tú se verán en una alineación directa y opuesta. Es algo más allá de la opresión que puede ejercer cualquier organización, cualquier culto, cualquier gobierno y cualquier hombre sobre otro hombre. Es tu propia limitación contra ti. Esta bien que no creas en el infierno, pero estoy seguro que crees en ti mismo Harry ¿Estas dispuesto a destruir esa misma única creencia? ¿A dejar todo lo que existe, por la posibilidad de experimentar una contemplación directa del la realización de un objetivo tan banal como el recuperar a Sofía?"
"-Eric, me ha costado un mundo entero ponerte atención a lo que dices, pero si estas tratando de decirme que no lo haga, no vas a lograrlo. No tengo nada mejor que hacer, y no hay nada interesante en la televisión hasta las 7 de la tarde."
"-Temo no solo por ti, sino por todo el universo, Harry. No se que podría pasar cuando entres en el infierno. Tú no fuiste hecho para ese mundo ¡Difícilmente cabes en este mismo!"
"-Ya te dije, quiero encontrar a Sofía. Preferiría ver la televisión con ella."
"-Mira, hay un recital espectacular abajo en la 3Avenida, ¿Por qué no vienes conmigo? Así tendrías algo mejor que hacer."
"-No gracias. Ya tengo planes, ahora si me ayudaras a concretarlos te lo agradecería mucho."
El Dr. Blair se quedo callado por un segundo. Había estado muy irritado todo el tiempo que estuvo hablando, pero ahora miraba a Harry con una cara casi de horror. Parecía muy enfermo, estaba muy pálido, pero poco a poco fue perdiendo esas facciones terroríficas y se relajó. Sonrío levemente y finalmente dijo:
"-Esta bien, se que no puedo convencerte de todas formas. Funcionas muy distinto a todos nosotros Harry, así que no me meteré en tus asuntos. Te dibujare un mapa de cómo llegar al lugar. Sírvete algo de té mientras tanto".
Harry había estado tan concentrado que no había notado las 2 tasitas que había en la mesita a un lado del Dr. Blair. Se sirvió un poco de te con 5 de azúcar. Tenia la costumbre de tomar te con demasiada azúcar.
"-Espero que entiendas que yo solo se donde se ubica tal horrible ambiente porque Rocco Vendetto me lo dijo hace unos días, solo para luego darte las indicaciones a ti."
Le entregó una servilleta con un par de indicaciones y unos garabatos a Harry, este terminó su te de un sorbo y se dispuso a retirarse.
"-Harry." Dijo Eric justo antes de que se retirara. 
"-Siento lo de tu madre"
"-Gracias" Dijo Harry sin demostrar mas signos paraverbales que antes.

Cerró la puerta y bajó 9 pisos por las escaleras. En el piso 3 se acercó a la puerta del viejo departamento de su madre y dejo una pequeña trufa de esencia de almendra frente a esta. "Eric manda saludos." Dijo en voz baja. 
Dio media vuelta y siguió su camino descendiente por las escaleras.


Benjamin Cruz P.

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