La escritura es un viaje sin retorno,
Es la perdición del hombre que busca salvación,
Es una noche de fuego bajo las lunas de la fiebre.
En las letras es imposible hallar consuelo para sí mismo.
¡Blancuzcas las frentes de quienes osan escribir!
Pesadas sus rodillas, apretados sus zapatos,
¡Escarláticos los latidos de sus corazones de paloma!
Quienes escriben perderán sus ojos,
Ya no podrán mirar hacia afuera,
Sólo les estará permitido hacerlo hacia adentro,
Para ver cascadas de roca y constelaciones negras.
En verdad, el poeta está perdido en sus metáforas.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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