sábado, 31 de mayo de 2014

Las mujeres lloran añañucas aún hoy

Fueron árboles Revolucionarios en sus raíces,
Marxistas en sus troncos espirituales,
E Idealistas en lo alto de sus copas.
El fruto radiante de esas torres verdes
Fue el mañana esperando por su conjuro.
Sus hojas como caballos corriendo por el mar,
Relincharon espuma blanca y salina
A borbotones por donde pegaba el sol.
Los potrillos se pusieron rojos como el acero del ayer,
Llegó el otoño y los caballos se desplomaron
Como si el carrusel del viento se acabara de golpe.
¿A dónde fueron sus crines con destellos de luz?
¿Qué fue de sus cascos de fuego?
¿Cuántos chilenos habrán muerto ahí,
En el ocaso bombardeado de 1973?
Las mujeres lloran añañucas aún hoy.
¿En cuál matadero acabaron fusilados?


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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