lunes, 9 de julio de 2012

El Viaje


Jack era el líder de la manada. Durante años había congregado a hermosas leonas que le
cuidaban y agasajaban con alimentos frescos. Las técnicas de caza las había enseñado
él a sus leonas y cachorros y por tanto no pasaban hambre, ni frío, por cuanto en las
noches heladas tenían cobijo en un árbol de gigantes ramas que daban sombra y abrigo
en el parque nacional de Ugalla en Tanzania.

Jack estaba feliz. Tenía tiempo para el romance con sus 7 leonas e intentaba no
demostrar preferencia por ninguna, aun cuando los ojos pardos de Hellen, y su suave
pelaje le hacían desear su compañía, pero sabía que los celos entre leonas era un asunto
agresivo y no quería para ella un zarpazo que “le rayara el paño”.

Estaba terminando la temporada que habitualmente traía lluvias y el reflorecer de
los pastizales, pero esa temporada había sido extremadamente seca, con muy pocas
lluvias; por tanto Jack previo que la situación a futuro sería de escasez, hambre, sed y
sufrimiento. A sus 20 años recordaba que en 2 ocasiones anteriores vivió algo similar,
cuando era un cachorro y un “adolescente”. Recordaba un largo viaje al norte con su
manada de origen a la reserva nacional del Serengueti en Kenia, a las orillas del lago
Victoria. Ahí habría agua, pastizales y antílopes al por mayor, que era su plato favorito.

Movilizó a su manada por más de 700 Kms. a través de parajes soleados, secos y faltos
de alimentos. Viajaba de noche para evitar el calor. Pasaron hambre, sed y sintieron
mucho cansancio, pero al cabo de 2 meses lograron el objetivo y disfrutaron de un lugar
mejor, pleno de agua y animales para cazar. Jack nuevamente pudo sentirse afortunado
con sus esposas e hijos en ese lugar idílico. Comía, dormía, ... y poleaba en
forma diaria.

FINAL FELIZ

Autor: M. G. R.

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