lunes, 9 de julio de 2012

Sobre la Muerte y la Vida

¿Se han detenido a pensar en la nada? ¿Por qué existe esta vida, LA vida, y no la nada? Teniendo todo el potencial de la no existencia, en el universo hay vida, estamos nosotros, somos. Para mi, es muy fuerte la idea de la no existencia, de la muerte perpetua. La maravilla de estar vivos, esta magia inexplicable, profunda y poderosa, implica un gozo enorme: Tenemos un mundo lleno de colores, sonidos, formas, olores, sabores, sensaciones, cada uno más asombroso que el anterior. ¡Vivimos en un mundo lleno de experiencias que, hasta donde sabemos, nadie más ha sentido antes! ¡Y estas sensaciones son tan vividas, que no "las siente mi cuerpo", las sentimos nosotros! "Las siento yo." Vivimos nuestras sensaciones. Tenemos el privilegio de estar vivos, de ser las sensaciones que tenemos, de hacernos sentido y ser el mundo que nos rodea.

¡Todo esto lo somos desde el instante mismo que nacemos! Vivimos saturados, llenos de mundo y de realidad, de hermosura. Y digo hermosura, porque es sin duda un espectáculo. ¿Quién no se ha conmovido mirando un atardecer? ¿Quién no se ha sorprendido al ver un árbol en otoño, con esas hojas de fuego y esas raíces como ríos? El mundo se nos presenta como fantasía, como real-maravilloso. De haber nacido en la luna, la tierra nos parecería mítica. Pero nacimos en la Tierra, nacimos insertos en esta maravilla eterna. Cuando niños, las cosas nos asombraban, pero ahora, hoy, estamos tan acostumbrados a ver esta realidad, que en cierta medida, nos hemos vuelto inmunes a su encanto, a su esencia única y especial. Olvidamos lo realmente importante, que estamos vivos, que disfrutamos de un privilegio que nadie más ha gozado. El solo hecho de estar vivos, de existir, aunque sea unas pocas semanas en el útero materno, significa haber gozado más de lo que "nada" más ha gozado antes.

Morir, sea a la edad que sea, es el cese de nuestra existencia, es el fin de nuestro ser, es dejar de sentir, dejar de estar conectados con la vida, es no ser, es ser nada. Cuando las personas se conectan con esta realidad (la no existencia), sienten miedo, pena, incluso angustia. Aquellas sensaciones, que durante toda su vida obviaron e ignoraron, se les presentan como realmente son, como aquello que olvidaron. La sensación de culpabilidad, de "pude haber hecho esto, o haber disfrutado aquello", se hace presente antes de morir, porque uno comprende que fue, pero no se dio cuenta realmente de serlo.

En mi opinión, no hay nada más valioso que la vida. Creo que la muerte no es tan terrible si uno aprecia el hecho de haber vivido antes de morir. La vida es una posibilidad que se nos da para ser felices, para disfrutar, para gozar. Yo ya no temo a la muerte, porque me di cuenta que, al haber vivido, he sido, he disfrutado de la realidad más de lo que nadie lo ha hecho jamás. Aprendí a amar la vida, y con ello, aprendí a aceptar la muerte, sin arrepentimientos, sin culpabilidad ni sufrimiento, porque viví, y eso supera con creces al vacío de la muerte.



Autor: Felipe Guzmán B.

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