viernes, 12 de diciembre de 2014

Personas Pasajeras y Sensaciones Desbocadas

Ella llegó a su casa en silencio.
Había sido un día agotador, largo,
Los pies le dolían, el alma le colgaba hecha jirones.
Se abalanzó sobre su cama deshecha
(No tuvo tiempo en la mañana para estirarla)
Y se hizo un bulto, abrazando sus rodillas.

Fue así, recostada, que llegó a la triste conclusión
De que su vida era como un comercial francés de perfume:
Una sucesión de imágenes a gran velocidad,
Decoloradas para obtener mayor dramatismo,
En donde no hay ni sentido ni razón,
Sólo personas pasajeras y sensaciones desbocadas 
Que movilizan en el inconsciente deseos de comprar,
Frustración, desprecio y desagrado por los malos olores.

Tenía el nombre de Carolina Herrera resonando en sus entrañas,
Y pensar en Paco Rabanne le causó nauseas desagradables.
¿Qué había sido de esos hombres que amó?
Se evaporaron con el tiempo, sus aromas vueltos vacío en su memoria.
Sólo la certeza de que algo no encajaba era todo cuanto quedaba
En los rincones de su enmarañado corazón.

"Franceses de mierda",
Fue lo único que pudo mascullar
Antes de quedarse dormida
Entre sollozos y desvaríos varios.

Fue así, entre humo de sueños y lágrimas,
Que vio barcos de papel alejándose de ella,
Rumbo a quien sabe qué mundos de papel.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

No hay comentarios:

Publicar un comentario