sábado, 20 de diciembre de 2014

Alzo mi Cabeza

Quien sea prisionero hallará dentro suyo
La esencia misma de la vida y los sueños.
Si en el encierro y la opresión
No encuentra su flama ardiendo,
Si es que no hace suyas las palabras
Y sopla el nombre de las cosas en sus sueños,
Ese alguien puede darse por muerto en vida,
Un cadáver con luz en los ojos
Y calor en las mejillas.

Y yo, que he estado tras los barrotes de la tristeza,
He sentido la impotencia en la sangre
Y el deseo de ser un gran pájaro de fuego,
Puedo decir convencido, asegurarles,
Que estoy vivo, que tengo hambre de justicia,
Que estoy sediento de amor sincero entre los hombres,
Busco miradas de comprensión, chispas de humanidad,
Y anhelo sentir almas vibrando en cada ser vivo.

Les digo, estoy vivo.
Les repito, ¡estoy vivo!
Y por lo mismo, ¡no estoy conforme!
Ya no soy esclavo del silencio,
Ni ganado de los pastores.
Esos nuevos computadores,
Los astutos empresarios
Y las viejas animadversiones,
Nos están llenando la barriga
Y al matadero nos dirigen por montones.

Hay que dar media vuelta,
Escúchenme les pido,
Repitan conmigo:
¡Estoy vivo, y no estoy conforme!

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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