domingo, 12 de junio de 2016

Lilian

Delicada,
Chica de la caja torácica expuesta,
¿A dónde fuiste a parar?
Tus pequeños mechones de pelo
Que jugueteaban con tu rostro liso,
¿Se habrán ido a decorar otro cielo?
¿Y tu pecho de arrayán, dulce,
Con qué ideales estará comprometido?
La ausencia de tus ojos sinceros
Y la falta de tus palabras pacientes
Han puesto un peso en mi espalda
Más silencioso que la distancia,
Frío como una despedida descorazonada.

Sencilla,
Mujer de brazos invisibles,
¿A qué rincón te has ido a llorar?
Recuerdo muchos detalles,
Tantas anécdotas de tus amados perros,
Y todo el anhelo que hoy queda
Me hincha el corazón con congoja.
¿Qué habré de hacer sin tu cariño?
¿Cómo puedo seguir con mi vida
Si tu aliento dolido no está junto a mi?
¿En qué pedestal de huesos y lana
Podré apoyar mi cabeza vencida?
Me pregunto qué tan delgada andarás,
Si seguirás tan fantasmal como siempre,
Y si tus pómulos pesarán tanto como antes,
(lo mismo que una blanca flor blanca).

Fragante,
Tus rabias y risas refulgentes
Son aún motivo de mi asombro,
Y pese al paso del tiempo,
A los años de fuga inexorable,
Sigues presente en mi pensamiento
Bajo la forma de un venado de hielo
Que corretea en mis bosques internos.
¿Serás un espíritu del invierno?
Quisiera entender, amiga, lo que nos pasó,
¿Cómo fue que abandonamos el nido?
¿De dónde apareció la mano inmensa
Y grotesca del cruel olvido?


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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