Mucha gente me conoce,
Pero pocos me saben.
Y pese a que me regalo,
No le pertenezco a nadie.
No existen ojos que sean
Capaces de mirarme,
Menos aún un corazón
Que se atreva a amarme.
En mi taller de papeles,
Ya cuando pasen los años,
Serán mis artilugios
Quienes vendrán a enterrarme.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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