lunes, 20 de abril de 2015

La Lagartija

Desearía ser un hombre de mi gente,
Un hombre de mí mismo,
Un hombre verdadero,
Y no la lagartija nerviosa
En la que estoy convertido:
Escurridizo, inaccesible,
Sediento de un calor inexistente en mí.
Estoy cansado de pasearme entre rocas
Y de escaparme de muchachitos puros,
Quiero empezar a andar erguido,
Sentirme dueño de la imagen
Que parpadea en mis espejos.
Ansío tocarme las axilas y no encontrar,
Entre asco y sorpresa,
Escamas rojas en lugar de pelos.
Algunos dirán que exagero,
Que ser lagartija no es tan mal destino,
Pero yo creo fervientemente que
Los fríos reptiles tenemos derecho a soñar
Con más que sólo moscas y gusanos.
Tenemos derecho a arrancarnos nuestras colas,
Sacarle la lengua al mundo,
Y pensar que hay un sol perdido dentro de nosotros.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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