jueves, 13 de noviembre de 2014

Viuda Negra

Él, conversando con esa amable mujer mayor, que entre arruga y arruga dejaba escapar una sonrisa fugaz, se vio envuelto en un torbellino de esperanza. Su pelo corto y bien cuidado, su ropa modesta y sobria, sus senos decaídos reposando en los costados de su pecho, la esencia que emanaba al respirar, todo ejercía una fuerza magnética que en su corta vida jamás había experimentado. Él asentía cada cierto tiempo e intercambiaba impresiones sobre el sentido de la vida y los servicios de atención médica del país, mientras ocultaba sutilmente una erección en sus pantalones. No podía hacer nada, había caído en su juego, la mujer lo estaba devorando lentamente dentro de su mente, y lo había atrapado con hilos de plata en su corazón.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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