Se abren los negros cielos
Y caen estrellas de tinta y anhelo.
Sombras tejidas cuidadosamente,
Una sonrisa envuelta en bruma.
Con sus delgadas piernas de araña
Es el terror del mediodía.
Baila siniestras melodías,
Ligera y suave espuma.
Su silencio y soledad engaña,
Es belleza y soltura en demasía.
Fantasma hecho de seda,
Ojos de negro veneno.
Secreto es lo único que queda,
Secreto y miedo ajeno.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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