El peso hipnótico de la soledad
Terminó por romper
El eslabón más débil
De las cadenas de mi mente.
La red de metal se deshace,
Y mis brazos desprenden
Vapor ardiente que me escalda la piel,
Corroyéndola hasta los huesos.
La locura cabalga sobre mis sienes,
Y me envuelve de hombros a tobillos.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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