domingo, 28 de febrero de 2016

Cielo de Astros Rojos

Más allá de esta tierra humana,
Lejos de su fetidez humana
Y de su inanición espiritual,
Hay un espacio invisible,
Carente de materia.
Ahí, el sol grita y canta
Con voz de cordillera
Mientras baila como puma.
La luna inunda sonidos de agua
Con su cultrún solemne,
Mientras sueña como mar
En el pecho de la tierra.
Se incendian las estrellas
En fuegos de flor silvestre,
Escuchando las historias
De sus amados abuelos.
Los arrayanes rezan, sin saber
Que su madera es milagro.
En ese mundo de tiempo rojo;
Que aviva cada segundo,
Abre rocas y ojos ciegos;
Ahí habita mi sangre,
Descansa mi mente,
Pertenece mi alma.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano


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