Toda impotencia sexual se sustenta en una impotencia de espíritu,
En la incapacidad absoluta para hacer frente a la vida,
La dificultad extrema de hacerse valer ante los demás,
De la imposibilidad máxima para mirarse a los propios ojos.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
No hay comentarios:
Publicar un comentario