domingo, 15 de abril de 2018

Habitación

¡Oh, miseria de ancianos negros!

Ella, tan bajita que era,
él, tan largo y armatoste.

Eran trozos de carbón quemado,
fría ceniza, derruida, vieja.

¡Oh, calvario de tiempo blanco!

Él, doblado amargamente,
ella, dándole de mamar su pecho.

Los dos fundidos en su lecho
esperando las llamas de la muerte.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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