lunes, 1 de mayo de 2017

Vacaciones tomará el Altísimo

Se acabó el tiempo del Cristo,
Del hijo pan, el hermano vino.
La sociedad moderna lo ha matado,
Sus oraciones quedarán irrespuestas.

Es la hora final del creyente,
Tumba de los asfódelos, se hunde,
Las horas nocturnas de fe acaban
Y aún hay madres rezándole a las lámparas.

Nuevos velos, nuevos mesías se alzan.
¿Qué leche nos dará el nuevo cordero?

Cristos de hierro,
Cristos de hueso
Cristo maestro, zigoto y huevo,
¿En cuál creer, a cuál amar?

Las cruces de cartílago caen,
Y llueven destellos rojos como lanzas.
Dios y sus pulmones tosen,
En una asfixia trémula y terrible.

El cielo se está desinflando,
Y los fieles mueren por dentro con él.

Los no-nacidos, los pequeños,
¿Qué será de ellos?

Los ancianos, los que ya han muerto,
¿Llorarán en el paraíso?

El Diablo, billetes en mano,
Se desternilla de la risa
Y descorcha un espumante caro.
Celebra esta noche de ángeles ciegos.

Dios, por su parte, hace su maleta.
Se lamenta, pero compra pasajes de bus.
Camina hasta el paradero, cabizbajo,
Y se despide de la creación.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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