miércoles, 4 de octubre de 2017

Inalterable

Dícese de un fénix de papel,
Un ave feliz, roja y carmesí,
Envidiada por un hombre
Que no toleraba su libre vuelo.

Siguió al pájaro por años,
Odiando sus colores y su canto,
Buscando oportunidades
Para apresarle y hacerlo suyo.

Una tarde, sin saber bien cómo,
Lo atrapó, y sin perder tiempo
Lo metió en una jaula de bronce
Que compró mucho tiempo atrás.

"La libertad no existe", le dijo,
"Y tú serás miserable prisionera."
El fénix de papel ardió entonces,
Autoinmolándose frente al hombre.

Sus alas de origami cayeron marchitas
Y de las cenizas se alzó un suspiro,
Blanco como las nubes ese día,
Y el alma del fénix reanudó su vuelo.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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