jueves, 24 de septiembre de 2015

Es el Trueno

Es el trueno, ¿sabes?
La forma en cómo rasga el cielo,
Penetrando en su útero de nubes
Y eyaculando electricidad estática;
Lo blanco de su fuego contra la lluvia,
La fuerza de su voz contra la noche;
Lo iracundo de la calma posterior,
La anticipación nerviosa de mis músculos;
Los gritos del epull - viento/esperma -;
Silencio en tensión mitificada.

Algo de todo eso me aterra.
Y me excita.

Y aunque sé que nada, ni dioses ni demonios,
Pueden atravesar mi mull kulle - diafragma/pensamiento -,
Y que mi imoke - corazón - está a resguardo,
La sola sombra del relámpago es suficiente
Para deshojar mis capullos y aplastar mis huesos.
Y para levantar mi sexo y lamer los lóbulos de mis orejas.
Estimula mi mente, la cercena, y con cada trozo me rehace,
Como si plantara fragmentos de espejo roto,
Y en sus flores de cristal pudiera verme.

Algo de todo esto me dispara lejos.
Y me esgrime.

Es el trueno, ¿sabes?
(¡Oh, siempre es el trueno!)
Trece de las cuarenta y dos lanzas rojas;
Nieve de los fuegos, vapor de las tierras;
Rodilla de miaill - mujer/estrella -;
Deidad pretérita con látigo de muerte.
El trueno, el invisible, la cadena de hielo,
La de la jovial furia, relincho revolucionario,
Espíritu de santos y asesinos,
Espina seminal vuelta rifle y cuchilla.

Algo de todo aquesto me enristra,
Y me guarda.
Y me aterra.
Y me excita.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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