miércoles, 12 de agosto de 2015

Los Obreros

Está hecho, se fueron,
Como si no hubieran existido nunca.
Fue tenue su partida, casi silenciosa,
Como un arrebato de viento entre hojas.
Dentro de poco se esfumarán,
También, de nuestra frágil memoria.
El único signo de su presencia
Son los castillos de arena que dejaron tras de sí,
Que serán derrumbados,
Eventualmente, por el oleaje del tiempo,
Como todas las cosas y gentes
De esta Altarahiza de gris invierno.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

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