sábado, 2 de mayo de 2015

Yo estaba destinado a no ser, Tú estabas destinada a desaparecer

Sé bien que te estás yendo,
Más lejos de lo que mi mente entiende,
Cruzando océanos insalvables,
Más allá del horizonte.
Pero no te marchas físicamente,
No en este tiempo ni este espacio,
Estás cerrando el corazón,
Prohibiéndome la entrada.
Los obsequios que te he dado
Ya no necesitas, ni quieres guardar,
Sólo los dejarás junto a la puerta.
Te estás yendo, me doy cuenta
De que lo haces lentamente,
Como suspirando exhausta,
Estás sacándote mi aroma del recuerdo,
Desbaratando lo que quisimos construir
Pero nunca supimos concretar.
Te vas y yo tengo la certeza
De que no soportaste mi carácter voluble,
Mis artimañas de perro melancólico,
Ni mi afán de coleccionar heridas.

Sé bien que te estás yendo,
Y fui yo quien dijo adiós primero.
Tienes que entender, tuve que rendirme
Ante mi propio cansancio y hastío:
El mundo me sabe a poco, y yo mismo estoy vacío.
Nunca te quise como un adulto lo haría,
Déjame al menos dejar de hacerlo con madurez.
Será mejor que te alejes sin mirar atrás, 
Corta el lazo implícito entre nosotros,
Que el silencio se encargue del trabajo sucio.
Yo por mi parte volveré a escribir,
Volveré a dormir por las noches,
Lloraré lo que deba, soñaré lo que pueda,
Y mataré lo que quiera.


Autor: Felipe Guzmán Bejarano

No hay comentarios:

Publicar un comentario