sábado, 21 de febrero de 2015

Rabia Negra, Nudillos Negros

Las cosas no están yendo bien,
Me temo que es necesario admitirlo,
Porque crece en mi pecho un deseo hondo,
Hondísimo de mandarlo todo al carajo.
Ya dejé de ser hombre para la resignación,
No puedo aceptar lo que no puedo cambiar,
¡Y no quiero aceptar las imposibilidades!
¡Que nadie me venga a decir lo que no puedo hacer!
Ser un conformista ha sido mi maldición,
El látigo que me castigaba por ansiar
Cosas que no podían ser cosas mías:
Pero ahora que abandono esta falsa calma,
El agua tibia no me basta para beber
Y los calcetines apretados no están "bien";
La simpatía que produzco en los otros
Me repugna, me agota, me cansa
En su ligereza sin compromiso;
Nadie tiene el valor de amarme,
No hay quien se atreva a abrazarme,
O será que no sirvo para inspirar corazones.
Pero no me resigno ante la cruel verdad.
Oh, no señor, no me voy a aguantar esto.
Esta amargura que me hincha como un sapo
Será el motor que despierte mi ambición.
Romperé todas las cadenas habidas y por haber,
Gritaré contra quienes osen devolverme sensatez,
Quebraré mi nariz chocando contra los muros de la realidad,
Hasta que traspase la frontera de lo bueno y lo malo.
Si llego a morir en esta lucha rabiosa,
Habré ganado entonces al librarme
De esta vida de mierda.

Sepan entonces, en resumidas cuentas,
Que no seré más el cordero dócil
Dispuesto a un sacrificio que nadie agradece,
Y que nadie necesita.

Autor: Felipe Guzmán Bejarano

No hay comentarios:

Publicar un comentario