A mi de chico
Me enseñaron
A siempre mirar el mar.
A mi siempre
Me dijeron que mirara.
Con desconfianza.
Creo que me advirtieron
Porque, secretamente,
El mar está furioso.
Lleva eternidades
En olas y olas de fuego,
Guerreándole a la tierra.
Es tanta su rabia
Que no se detendrá
Hasta haber molido
La última piedra.
En el último minuto.
Del último día del mundo.
Autor: Felipe Guzmán Bejarano
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